En 2015, el resultado de la evaluación de conocimientos al que se sometieron los profesores para ocupar el cargo de director, desnudó la realidad de este sector, o al menos de los postulantes, ya que el Ministerio de Educación se vio obligado a reducir el puntaje de aprobación, de manera que éstos puedan estar habilitados y continuar en carrera.
“Reducido”
Si bien hasta la fecha no se conoce una cifra exacta de cuantos maestros no consiguieron la nota mínima de aprobación, desde la Dirección Departamental de Educación de Tarija (DDE), afirmaron que en el ámbito nacional el número de postulantes aprobados fue “reducido”.
Ante esta situación, el Ministerio de Educación vio la necesidad de reducir la nota de aprobación, que inicialmente era de 61, pero por el “mínimo” porcentaje de aprobados, se redujo a 51, de esa manera se incrementó el número de maestros que pretenden ocupar los despachos educativos de diferentes instancias.
El director de la DDE, Eudal Tejerina, comunicó que el máximo ente en educación del país determinó reducir el puntaje para habilitar a más profesionales, porque los postulantes aprobados no eran suficientes para el número de cargos disponibles, y de esta manera evitar que las unidades educativas, distritales y departamentales se queden sin autoridades, además para no convocar a otro proceso.
Empero, el secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de Educación Urbana de Tarija (FTEUT), Teodosio Quispe, dio un discurso diferente al que sostuvo el director departamental, e hizo referencia a que la nota como requisito de aprobación no estaba contemplada en ninguna norma.
Mencionó que las normas de evaluación que rigen en el país, sobre todo en el Reglamento del Escalafón del Magisterio, indican que la nota mínima de aprobación es de 51 puntos, por lo cual ellos hicieron la representación desde ese punto de vista ya que no existe ninguna regla que especifique que la puntuación para el Magisterio es de 60.
En ese sentido, explicó que el Ministerio de Educación y Confederación de Maestros comprendieron esa situación, y por eso se modificó la nota de aprobación.
Más allá de los justificativos que alegan ambos entes, la interrogante que aún sigue en la sociedad, es que si los profesionales tienen o no el nivel académico suficiente para ocupar esos cargos.
Cabe recordar que el año 2014, el Programa de Formación Complementaria para maestras y maestros en ejercicio (Profocom) graduó a más de 44 mil profesores con un título a nivel licenciatura y por ende eso significaba que están “mejor” preparados. Sin embargo, se sometieron a una evaluación de conocimientos y se estima que un reducido porcentaje consiguió más de 60 puntos.
Tejerina manifestó que el “bajo” rendimiento mostró el nivel de dificultad que tuvo la prueba, lo cual, significó que los postulantes no pudieron o no tuvieron la información respectiva para resolver las preguntas planteadas.
Sin embargo, Quispe mencionó que la estructura de la prueba no estaba bien elaborada, ya que los enunciados eran muy largos, que requerían un mayor tiempo de análisis y éste no fue suficiente para la resolución. “Por eso muchos de los docentes no lograron terminar la prueba”, argumentó.
Según el Director Departamental, los resultados de la prueba revelan que hubo un nivel de debilidad en cuanto a la lectura y nivel de conocimientos de los postulantes a directores.
Institucionalizar los cargos consta de tres etapas
Según el director de la Dirección Departamental de Educación de Tarija, Eudal Tejerina, la institucionalización de cargos de directores, consta de tres etapas, de las cuales la primera se encuentra en fase de publicación.
La autoridad explicó que la primera etapa consta de una evaluación de conocimientos de los postulantes, el cual es mediante un examen; en la segunda se realiza la calificación de expedientes; y los que aprueban realizan la defensa de su proyecto educativo.
hay directores que realmente no conocen sus funciones y no están para nada preparados para administrar adecuadamente un centro educativo. por ello el fracaso de sus gestiones ,es una pena.
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