“Es algo positivo que la normativa haya incorporado a los padres de familia como parte de los procesos educativos, como por ejemplo en la evaluación curricular”, dijo.
Pérez señaló que los padres de familia estaban un poco excluidos a la parte del control de personal, al seguimiento, la refacción y la gestión de algunas obras, pero ahora, aparte de velar por la seguridad y el mantenimiento, la dotación de materiales y construcción de infraestructura, deben involucrarse en los procesos educativos.
“Ahí tenemos una temática que ha salido a la luz, como es la evaluación comunitaria, donde la tarea de los maestros no sólo se refiere a resolver los problemas de los estudiantes, sino de la comunidad”, dijo, y agregó que la representación de los padres de familia, a través de la junta escolar, tiene que hacer esa evaluación.
En ese marco, aseguró que ellos tienen que plantear sus dudas y las problemáticas, por ejemplo con relación a la conducta de los estudiantes, el problema de la reprobación en algunas asignaturas y la no presentación de trabajos. “Por esa razón, ésa es la tarea que tienen ahora, y no tanto como antes”, dijo.
En esa línea, Pérez agregó que los padres de familia tienen que estar haciendo seguimiento preciso de los estudiantes y lo que sucede en las unidades educativas.
“Tal vez en algunos colegios los padres de familia no han entendido esto, y lamentablemente, con la representación que tienen, toman decisiones de manera aislada, sin coordinar con la dirección y el plantel docente”, finalizó.
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