Los jóvenes de entre 15 y 18 años se apropian de estas zonas de esparcimiento llevando consigo grandes cantidades de alcohol, convirtiendo a las mismas en cantinas ambulantes y rodantes, además e improvisados rings donde grupos juveniles se disputan su supremacía.
Achocalla, en los últimos meses, es uno de los lugares preferidos por estudiantes de secundaria de distintas unidades educativas que en vez de asistir a sus clases se dirigen hasta esta población, distante a 12 kilómetros de La Paz.
En el lugar se puede hallar más de una decena de tiendas de barrio donde los jóvenes acceden fácilmente a la compra de bebidas alcohólicas de diferentes precios. Pero –además-- están los denominados bar restaurantes que venden comida y bebidas alcohólicas, un gancho muy bien aprovechado por los jóvenes, quienes en grupos de amigos de entre 5 y 10 personas se dirigen a la laguna para beber y también para hacer una especie de "día de campo".
Viernes. De acuerdo con un sondeo realizado entre los vecinos y comunarios, el día que más afluencia de jóvenes hay en Achocalla son los viernes de cada semana, donde el lago se llena de jóvenes visitantes que alegan –inicialmente-- estar participando en campeonatos estudiantiles para después dedicar el resto del tiempo a consumir bebidas alcohólicas.
Pero lo que llama la atención de este sector es el crecimiento de construcción de alojamientos, donde la mayoría carece de una orden de funcionamiento.
Los vecinos denunciaron que en estos ambientes los jóvenes, además de consumir bebidas alcohólicas, mantienen relaciones sexuales.
En el comando regional de Policía de El Alto, no se pudo hallar al comandante, aunque fuentes policiales comentaron que la zona carece de un adecuado control.
Plazas y Parques. También se evidenció que las plazas y parques de La Paz y El Alto, continúan siendo áreas donde los estudiantes consumen alcohol, sobre todo en la Periférica donde la Policía de la Estación Integrada La Merced atrapa a estos adolescentes por las noches y en posesión de al menos cuatro botellas de dos litros por cada grupo de cinco estudiantes.
El capitán Germán Calderón, jefe de la división Menores y Familia de la fuerza anticrimen, señaló que la falta de control entre los padres es aprovechada por estos menores que después son trasla
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