Entendiendo las dimensiones de esta problemática social es que en Tarija se comienza a crear una conciencia para tratar de erradicar la violencia o el comportamiento agresivo de los colegios, tocando el tema desde las instituciones educativas, autoridades departamentales y profesionales entendidos en el tema que con frecuencia organizan talleres, seminarios y charlas de educación y prevención.
En Tarija se dieron iniciativas interesantes en lo que se refiere a tocar el tema desde la etapa pre escolar y kínder; además de llegar con mensajes que despierten conciencia sobre los daños y prejuicios de las agresiones escolares, para que alumnos, padres, profesores, debatan el tema buscando alternativas para subsanar esta tan preocupante situación.
Sin embargo, el bullying sigue y seguirá siendo un problema en tanto no se comprenda el rol importante y fundamental que juegan los progenitores en este desequilibrio en el comportamiento de los jóvenes estudiantes que se refiere al uso del poder y la fuerza; a esto se suma la falta de respuesta de la mayoría de las escuelas que no tienen códigos de conducta o procedimientos adecuados para tratar la problemática del bullying, aseguró la psicóloga Alma Luz Forte.
Responsabilidad de los padres
La violencia intrafamiliar y la desintegración familiar en la que crecen los niños influye en el desarrollo de conductas agresivas, porque un menor que proviene de un hogar en el que hay violencia tiende a reproducir este comportamiento, aseguró también el psicólogo Javier Bladés Pacheco, que recientemente realizó un seminario en Tarija sobre los aspectos psicopatológicos del acoso escolar o bullying, experiencia que replicará, este fin de semana, en el taller educativo sobre el tema en Bermejo.
En los hogares, donde se producen relaciones violentas, éstas se reproducirán en el ámbito escolar ya que las víctimas de padres agresivos replican esta manera de expresión siendo violentos con sus compañeros de escuela.
En Tarija está creciendo el acoso escolar y existen dos actores grandes involucrados y que no hacen nada-añadió Bladés Pacheco, quien dijo que la escuela y los padres de familia sobreestiman y no dan el valor requerido a esta problemática, afirmando que éste es un problema que tiene que resolverse entre chicos hasta llegar al extremo de que los “problemas de chicos” llegan a convertirse en una acción criminal policial, dijo.
“En tanto muchas escuelas hacen oídos sordos con el tema porque saben conocen y no hacen nada, con llamar al acosador a la dirección darle un sermón o llamar a los padres para que el hijo se porte bien no está suficientemente aclarado el problema , se deben tomar medidas. Un acosador que maltrata debería estar fuera del establecimiento aplicando la misma ley de prevención y protección contra la violencia escolar; pero no lo hacen porque no quieren que el colegio quede mal e incluso persuaden a los padres de la víctima que va a denunciar para que esto se quede ahí y no salga afuera”, agregó.
Magnificado y mediatizado
De acuerdo al diagnóstico científico de la realidad de la juventud tarijeña y su problemática, el hermano Manuel Fariñas expresaba su sorpresa cuando a raíz de la investigación se precisó que en Tarija el primer problema no era el alcohol sino el acoso, la agresión, la violencia y el insulto.
El bullying no es un tema reciente que se puso de moda en Tarija, aseguró el psicólogo, siempre existió sólo que ahora en una sociedad mediatizada lo vemos magnificado pues sale del recinto educativo por el internet, el chat, el facebook y el celular.
“El matonaje” en el colegio antes era parte de ser adulto pero se está viendo que en Tarija pasa de un sólo golpe o destrucción de la propiedad para llegar a extremos criminales.
“Hay casos en los cuales grupos que se organizan dentro del colegio agreden a un joven y no se contentan con golpes sino que es tal la paliza que destrozan tabiques y pómulos, causando lesiones que pasan a la revisión médica”, dijo.
El acoso estudiantil salió un poco de control y no se extendió sólo a lo físico o estrictamente material ahora también el acoso social por discriminación y racismo está mediatizado por el celular y redes sociales con el insulto, la denigración, para que lo vean y escuchen todos, esto marca más a la víctima.
“Lo que pueda salir de las redes sociales llega a destruir socialmente a la víctima que se deprime a extremos de intentar quitarse la vida, el bullying no lo inventó esta generación, siempre hubo matones en los colegios o nerds, corchos como los llamaban con ese tipo de denominativos despectivos y discriminatorios que ahora son más evidentes por los recursos tecnológicos”, dijo el entendido.
Silencio cómplice
Según la experiencia del psicólogo como perito forense, muchas familias recurren a su experiencia para pedir una pericia ante el problema de la víctima asegurando que en algunos casos el colegio llega a amenazar al denunciante con expulsar a la víctima si persiste en su denuncia.
“Hay ese silencio cómplice e institucional que no es bueno, los actores involucrados son muchos y no estamos mirando la real magnitud, de ahí sale la violencia hacia afuera. Se habla de seguridad ciudadana de tener más policías en la calle pero nadie habla de prevenir la violencia que es lo que se debe hacer desde nivel inicial, kínder, primaria, para evitar que el comportamiento agresivo llegue a ser delito que vaya contra la moral y buenas costumbres de una sociedad”, dijo el psicólogo.
El trabajo con el bullying debe ser enfocado desde el castigo para erradicarlo, es decir ser duro con el acosador para que vea que lo que está haciendo es malo que tiene sanción y que tiene culpabilidad por lo que no es broma ni cosa de chicos.
“Son los padres los que provocan actitudes segregacionistas cuando les dicen a sus hijos que son mejores que los otros, hacen grupos en los cursos desde niños, éstas son formas de acoso escolar solapado y soslayado que generan subgrupos de poder en los colegios que son los caldos de cultivo del bullying”, dijo.
El bullying puede ser erradicado desde la niñez haciendo crecer nuestros sistemas de prevención ya que esta problemática social está creciendo en Tarija y el actuar de los padres es fundamental.
En el caso de que el hijo sea la víctima frenarlo inmediatamente para evitar daños psicológicos irreversibles y en el caso de que el agresor sea el hijo buscar ayuda psicológica porque no es normal sentirse bien con un comportamiento agresivo contra otro ser humano ya que fuera del recinto educativo las víctimas próximas serán la pareja y los hijos.
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