Otro estudio realizado por Plan International y Unicef estima que entre el 50 y 70 por ciento de los estudiantes han sido testigos de “bullying” o han sido también acosados. Sin duda, el acoso escolar es un problema constante que muchas veces no es tomado en cuenta por los padres de familia, maestros y autoridades.
El “bullying” es un patrón de comportamiento agresivo que implica acciones no deseadas, negativas y repetidas en el tiempo. También implica un desequilibrio de poder o fuerza. Este tipo de relación se da comúnmente en las escuelas.
Las percepciones sobre la discapacidad, enfermedad, orientación sexual, raza y origen étnico se encuentran entre los pretextos más comunes para que los niños estén excluidos del grupo. La gran mayoría de las escuelas no tienen códigos de conducta o procedimientos adecuados para tratar el problema del “bullying”.
Para la psicóloga Alma Luz Forte, se trata de un problema social de gravedad donde los progenitores juegan un rol fundamental en el diálogo y apoyo a los menores. Dijo que para detectar casos de bullying se debe estar atento a:
• Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor • Tristeza, llantos o irritabilidad • Pesadillas, cambios en el sueño y /o en el apetito • Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos • Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares • Aparece con golpes, hematomas o rasguños • No quiere salir ni se relaciona con sus compañeros • No acude a excursiones, visitas, etc., del colegio. • Quiere ir acompañado a la entrada y salida • Se niega o protesta para ir al colegio
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