A diferencia de la matemática convencional, que parte de operaciones básicas de reconocer los números, sumar y restar, la etnomatemática inicia con el reconocimiento del entorno natural, social y cultural de la comunidad educativa. “Con este conocimiento aplicado a la vida cotidiana de nuestras familias y antepasados, podremos cuidar la madre tierra y todo cuanto vive en ella”, señala la directora del Taipy, María Hilda Rodríguez.
Según Rodríguez la etnomatemática, en el contexto boliviano permitirá calcular el valor de los recursos en cada familia y la comunidad. “Llamamos etnomatemática al conocimiento que nos permite saber cuánto nos cuesta producir y cuánto ganamos o perdemos con el trabajo que hacen todos los días nuestros parientes”, explica Rodríguez.
El reconocimiento del entorno natural o social, es el inicio del proceso educativo donde los estudiantes realizan una representación gráfica de su comunidad identificando el tipo de vegetación que tiene, los cerros, planicies, quebradas, ríos, lagos, animales y producción de la zona.
Con esta identificación los estudiantes conocen además sus potenciales y limitaciones productivas y económicas.
Identificar todos los factores de producción son parte de esta alternativa, entre éstos las herramientas de trabajo, la fuerza de trabajo empleada, el jornal de peones, el trabajo familiar y las relaciones de reciprocidad, como el ayni y la humaraqa, que serán base para realizar los cálculos aplicados en la práctica cotidiana.
El agua, el suelo, la energía motriz de caballos, yuntas, mulas, así como la energía mecánica de tractores y trilladores hacen al conjunto del universo de producción del alumno, su familia y comunidad.
Es parte importante de esta formación el conocimiento de los sistemas productivos y reproductivos en lo agrícola, pecuario, forestal y la transformación de productos y alimentos.
Finalmente todos estos conocimientos permitirán a los alumnos realizar cálculos en relación a los costos y rendimientos de producción de cada alimento, así como fijar sus ingresos con relación a los precios de mercado.
Unidades de medida locales
En la propuesta etnomatemática las unidades de medida convencionales como la libra, el kilo, el metro, y otros, son complementadas con unidades de medida propias de comunidades campesinas, heredadas desde el Incario.
Entre las unidades de medida de longitud se encuentran la rikra que es la distancia entre dedos pulgares de la persona, tomando los brazos extendidos horizontalmente. La capa es una unidad de longitud que tiene la palma de la mano. El yuku es la longitud entre el dedo índice y el pulgar.
Entre las medidas de cantidad están la pokcha que eran los depósitos de maíz, tipo cántaros, generalmente hechos de cerámica; asimismo se usaban los runcus, grandes cestas que eran los depósitos para medir hojas de coca.
El poctoy que equivale a la porción de granos, harinas o pitos que entran en las dos manos juntas. Y finalmente el Huipe, un instrumento parecido a las romanas, que utilizaban en la orfebrería para realizar las aleaciones entre metales. Existen además otras unidades de medida para la tierra, de la fuerza de trabajo, los insumos agrícolas y los productos.
El alumno necesita los dos saberes
El ejecutivo de la Federación de Maestros Urbanos de Cochabamba, Gustavo Sánchez, expone su posición en relación al actual sistema de enseñanza de las matemáticas y a la alternativa propuesta.
¿Cómo se enseña hoy las matemáticas en las comunidades campesinas?
Se utiliza el método teórico y repetitivo, los alumnos aprenden repitiendo lo que hace el maestro y hay muy poca creatividad del alumno, porque terminan memorizando fórmulas y problemas; por lo tanto no responde a las necesidades del alumno.
¿La etnomatemática es una alternativa para superar estas limitaciones?
La etnomatemática en sí misma no implica una modernización de la enseñanza sino una adecuación de las matemáticas a los conocimientos y los saberes ancestrales. Ciertamente los pueblos antiguos desarrollaron la matemática a través de unidades de medida antropométricas como la t�ajlla o el k�api, pero lo que hay ver es que el decímetro o el metro son medidas científicas, y lo que inevitablemente el alumno tiene que conocer es el metro, para citar un ejemplo.
Asimismo el ayni es una especie de escuela abierta donde se aprende no sólo a trabajar, sino a medir y conocer otros temas, pero ese conocimiento no es científico.
¿Cómo debe abordarse este aprendizaje?
Se debe fortalecer y complementar. Lo positivo de esta alternativa es que se pretende complementar ambos conocimientos.
¿Cuáles son los riesgos?
Se debe cuidar de no caer en el extremo de priorizar lo ancestral y poner en segundo plano lo científico. Hoy en día estamos obligados a conocer lo nuestro pero también lo universal.
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