Eduardo Carlos Moscoso ganó una plaza en el marco del programa de becarios de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por su sigla en inglés) que beneficia a jóvenes de todo el mundo que se destacan por la excelencia en su formación educativa e integral y les permite asistir a un programa de esa entidad estadounidense.
Eduardo, conocido por sus amigos y seres queridos como “Edu”, tiene 16 años, los cumplió el pasado 3 de febrero. Actualmente cursa la prepromoción del colegio La Salle de Cochabamba.
Eduardo es de contextura delgada y de estatura alta, en su rostro se dibuja un lunar que se hace más visible cuando sonríe. Vestido de manera casual con jeans, zapatos deportivos y un polerón de color naranja cuenta de manera entusiasta cómo logró su “hazaña”.
Recuerda que un domingo (el 2 de enero) su papá leyó la convocatoria publicada por un medio impreso. Cuando ingresaron a la página web para remitir más información se preocupó porque estaban a siete días del plazo final. Debía elaborar un proyecto a base de cuatro puntos: propulsores, cohetes, un ensayo sobre el espacio, y medicina y psicología aeroespacial y no había mucho tiempo.
Sin embargo siguió adelante y trabajó en la temática de salud y psicología aeroespacial. En palabras sencillas Eduardo explica que su trabajo se refiere a las experiencias de los astronautas en sus viajes en los que no distinguen entre el día y la noche porque no tienen como referencia al sol, también comenta que ante la falta de gravedad sienten que van cayendo, aunque “los otros sentidos les digan que no” y otros aspectos. El trabajo fue enviado al filo del plazo, vía DHL.
Eduardo comenta que después de un mes y medio de presentar su trabajo no tuvo ninguna noticia. Hasta que recibió una llamada de la Embajada norteamericana donde le informaban que había pasado a la segunda ronda.
La entrevista final que duró cerca de 45 minutos fue vía telefónica con representantes de la Embajada norteamericana en idioma inglés. A la media hora fue informado que había ganado la beca. Desde ese momento tuvo que presentar todas las “tareas” que le enviaban. Eduardo agradece el apoyo de sus profesores que le permitió avanzar hasta la meta.
La sencillez, generosidad y disciplina de nuestro joven personaje son los valores que destacan sus amigos y familia.
A Eduardo le extraña que los otros participantes con los que ya mantiene contacto vía redes sociales piensen que Bolivia se encuentre en Asia o en África. Esto le ha motivado para realizar un buen papel en la NASA donde representará al país.
“Quiero estudiar astrofísica”
Eduardo Moscoso es el hijo mayor de una familia de cuatro integrantes. Sus padres Carlos y Carmen lo respaldan en todos sus proyectos. Lo curioso es que él y su hermana, Camila, nacieron el mismo día (3 de febrero) con un diferencia de cuatro años.
Nuestro personaje desea estudiar astrofísica o medica aeroespacial. Si confirma su interés después de su visita a la NASA puede estudiar o trabajar en la institución. Recibió de la Embajada norteamericana una visa de diez años de duración.
“Edu” participa de las actividades propias de su edad. Le gusta jugar futbol y fulbito, el poker, salir con sus amigos, bailar y escuchar música, la electrónica está entre sus favoritas. También es integrante de la banda de música de su colegio, toca la trompeta.
El pique macho es su plato favorito, cuando habla del tema recuerda que en su estadía a Estados Unidos tiene que presentarse en la Feria Cultual con un plato típico del país. Junto a Daniela Guevara, del colegio Amor de Dios de La Paz (son dos representantes bolivianos) planean presentar el charque o la sajta de pollo.
El jueves 30 de junio, Eduardo recibió sus pasajes para el viaje. En la oportunidad también recibió una acreditación de “exbecario de la NASA”.
El joven define a su familia como respetuosa de los valores donde las reglas son compartidas por todos sus integrantes, desde sus papás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario