Se trata de un espacio no muy grande, que tiene paredes repletas de pantallas de televisión. Éstas muestran la actividad registrada por las cámaras de vigilancia y el radar de control meteorológico. Hay varios escritorios donde los ingenieros del SAT están rodeados de monitores de computadora y sus teléfonos móviles. Ahí se calcula la magnitud de riesgo y la posibilidad de desastre a la que está expuesta La Paz todos los días.
En La Paz se cumple una muy destacable labor de prevención de riesgos, los resultados del sistema municipal para esa tarea son tan positivos que en otros departamentos del país buscan emular los procedimientos que han funcionado con éxito en la sede de Gobierno. Las autoridades de la secretaria informan que La Paz suscribió con otros municipios convenios intergubernamentales para apoyar en la materia.
El trabajo de la Secretaría Municipal de Gestión Integral de Riesgo de la alcaldía paceña que se encarga de prevenir desastres es probablemente el más destacable en el país, ésta es una de las conclusiones a las que se llegó en el reciente taller Política de Gestión del Riesgo del municipio de La Paz, organizado a principios de este mes por Solidar Suiza y el PADEM (Programa de Apoyo a la Democracia Municipal).
Santa Cruz, Pando y Tarija
El equipo de rescate de la Secretaria Municipal de Gestión Integral de Riesgo colaboró en Santa Cruz, en 2011, cuando el edificio Málaga, en plena construcción, se desplomó dejando varios heridos y 17 personas sepultadas por el derrumbe.
La alcaldía de La Paz envió a sus rescatistas para que colaboren con las misiones de salvataje en el centro cruceño. Mauricio Claros, responsable del Centro de Operaciones de Emergencias de la Secretaría Municipal de Gestión Integral de Riesgo, explica: "Se colaboró con los equipos de búsqueda y rescate luego de la tragedia”.
Integrantes de esta unidad viajaron a Pando a colaborar con las misiones de rescate cuando la época de lluvias y las inundaciones generaron problemas. De forma reciente, en Tarija los miembros del equipo de gestión de riesgo capacitaron a funcionarios de ese municipio para que puedan programar recursos para la gestión de riesgos como lo hace La Paz.
Este elemento es importante porque, según los expertos, cuesta menos prevenir que reconstruir. "Por cada dólar que se invierte en acciones de prevención se ahorra entre siete y 10 dólares en rehabilitación y reconstrucción”, explica el investigador Marcelo Carrión.
En la actualidad hay también ciudades que están interesadas en el trabajo que efectúa en la Sede de Gobierno en el ramo. "Sucre podría aprender mucho de La Paz. Actualmente, la ciudad sólo cuenta con un retén de emergencias que no tiene personal permanente ni capacitado. La Alcaldía prepara un plan de emergencias para la época de lluvias, pero nada más”, se lee en un reportaje que publicó el 13 de agosto Correo del Sur.
El antes y el después
El punto de inflexión para convertir la prevención de desastres una prioridad en La Paz fue la granizada de febrero del 2002, la cual inundó varias calles del centro paceño provocando la muerte de 74 personas. Desde entonces se incidió en la labor de prevención de riesgo para evitar desastres de esa magnitud. Mauricio Claros recuerda que tras aquel desastre se develaron todas las vulnerabilidades de la ciudad y se concluyó que no estábamos preparados en 2002 para afrontar una emergencia de esa magnitud.
"Es por eso que se inició un cambio en la visión municipal. De tener una gestión de riesgos totalmente reactiva, es decir, de esperar que pase la emergencia para atenderla, hemos pasado a tener una gestión de riesgos proactiva, que hace énfasis en la reducción de desastres”, sostiene Claros.
Por su situación geográfica e hidrológica, La Paz se encuentra amenazada, según los especialistas. La época de lluvias significa un aumento considerable de la posibilidad de desborde de ríos y deslizamiento de tierras. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgo considera que ésos son los riesgos más urgentes del municipio.
Primeros auxilios psicológicos
Durante desastres, los damnificados viven una situación traumática. Es por eso que las autoridades municipales brindan tratamientos psicoafectivos en conjunto con las labores del rescate de los grupos de alerta inmediata de la Secretaría Municipal de Gestión Integral de Riesgo.
Según Carola Bustillos, encargada de los albergues para damnificados de esta secretaría, en función de la magnitud de la catástrofe, se pueden emplear hasta 30 psicólogos para realizar primeros auxilios psicológicos.
La principal misión del equipo de primeros auxilios psicológicos es frenar la ansiedad y angustia producida por el caótico momento en que se ven enfrascadas las víctimas.
Muchos se encuentran devastados por las pérdidas que sufren, los psicólogos buscan reconfortar al damnificado y proveerle de los medios para superar su situación tan adversa.
La labor no acaba ahí, los psicólogos del municipio deben realizar un seguimiento a los afectados para construir su camino de reintegración a la sociedad. El objetivo es lograr un restablecimiento productivo de la víctima, aportándoles la confianza y valor para reconstruirse después de la dramática experiencia de la catástrofe.
La operación de reconstrucción posterior al desastre no se queda en lo material. El proceso incluye también los factores humanos. Afirman que la reconstrucción plena necesita de la labor psicoafectiva para devolver al afectado a la normalidad.
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