Entre los estudiantes perjudicados hay niños, adolescentes y adultos que combinan el trabajo con el estudio. Expresaron que el principal problema que tienen cuando terminan sus clases es la falta de transporte. A ello se suma el incremento del pasaje de 1,90 a 2,50 bolivianos.
El aumento es totalmente arbitrario, ya que mientras unos choferes cobran la tarifa básica, así sean más de las 22:00, otros aprovechan para sacar ingresos extra a costa del bolsillo de los alumnos.
“Vivo en Chilimarca y cuando son más de las 22:00 hay poco transporte, es por eso que se aprovechan de cobrar 2,50 bolivianos”, contó Cinthia Apaza, estudiante de segundo de secundaria en el CEMA Julio Terán Rocha. Carlos Laime, chofer de una línea de taxitrufis, justificó este accionar, debido a que “están trabajando horas extra”.
Laura Choque Martínez, mamá de dos niños de dos y cuatro años, dijo que está casada hace tres años y que la llegada de su segundo hijo la motivó a estudiar una carrera para poder mejorar su situación; ya que los ingresos generados por su marido, quien trabaja de cerrajero, no son suficientes.
Ella estudia secretariado ejecutivo en el Instituto Superior de Comercio Federico Álvarez Plata y sabe que siempre debe salir media hora antes para llegar en punto a su destino.
Explicó que siempre se transporta en trufi o taxitrufi, debido a que no hay líneas de micros por la zona de Chilimarca, donde vive. Esto le obliga a pagar 2 bolivianos, como pasaje de ida y vuelta, aunque en el viaje de retorno esta tarifa suele incrementarse de vez en cuando. “Algunos transportistas te dicen que cuando es más de las 22:00 hay que pagar 50 centavos más, porque según ellos están trabajando horas extra”, comentó Laura.
Indignada se quejó y sostuvo que sería necesario que, así como existe una tarifa de pasajes diferenciada para estudiantes universitarios, exista otra similar para los institutos.
Afirmó que “las autoridades y los transportistas deberían entender que muchas de las personas que estudian de noche, trabajan durante el día y que algunas incluso regresan a su casa al mediodía para almorzar. Entonces estamos hablando de dos viajes de ida y vuelta que hacen un total de 8 bolivianos; si a esto le sumamos 4, como mínimo, para salir en la noche a estudiar, se llega a un total de 12 bolivianos”.
Añadió que cuando ya son las 22:25 y suena la campana que anuncia la hora de salida del instituto, alista sus materiales y se apresura a salir. No puede perder su tiempo, porque sabe que el transporte a esa hora es escaso y que la demanda es alta. Sabe que cualquier retraso le obligará a ir más hacia el sur.
“Hace casi un año estaba yo buscando transporte y ninguno pasaba vacío, me fui hasta el mercado y seguía sin encontrar. Entonces tuve que ir más hacia abajo (hacia el sur) por la San Martín y de repente me di cuenta de me había quedado completamente sola y que únicamente había una persona detrás mío, que por su sombra me di cuenta que era un hombre. En ese momento, sospechando lo peor, no supe qué hacer y pensé: si me quedo estoy perdida, pero si corro puede ser peor. Me sentí resignada y sólo le pedí a Dios que si ese hombre era un delincuente no me hiciera ningún daño”.
Siguió: “Continué caminando y pensando en mis hijos, cuando de repente el hombre me abrazó como si fuera conocido mío y disimuladamente sacó una navaja, la puso en mi cuello y me pidió que le diera todo lo que traía y que si gritaba no lo iba a contar. Sin poner resistencia le di lo que me pidió, me llevó a un lugar oscuro, me dio un golpe en el estómago que me dejó sin aire y se alejó corriendo. Desde esa vez nunca más voy más allá del mercado Calatayud”, contó.
La inseguridad en las calles aumenta durante la noche
La falta de transporte hace que los estudiantes estén más expuestos a la inseguridad que campea a altas horas de la noche. “A veces tengo que ir más allá del mercado Calatayud para conseguir transporte y llegando a La Pampa ya es peligroso”, aseguró Jhon Cáceres, estudiante del colegio nocturno Teodomiro Beltrán.
Los problemas son permanentes, debido a la falta de control de las autoridades, tanto de Tránsito como del departamento de Movilidad Urbana y Transporte de la Alcaldía. El encargado de vialidad del municipio, Jesús Ovando, prefirió no dar declaraciones.
Se estima que el perjuicio es mayor si se toma en cuenta a los estudiantes de universidades y otras instituciones educativas que funcionan por la noche. “En varias ocasiones, luego de un día lleno de gastos en la universidad, me quedé solo con dos pesos justo para el pasaje; pero llegado el momento de pagar el chofer me dice que son 2,50 bolivianos, porque ya son más de las 22:00. Entonces le expliqué que no tengo más y que la tarifa es de dos bolivianos sea de día o de noche. Es ahí donde algunos con una cara de disgusto agarran los 2 bolivianos y se van, pero hay otros que se molestan diciendo cosas como “¿para qué haces parar si no tienes plata?’”, contó el universitario Jairo Flores.
ROBOS A PASAJEROS
La práctica delincuencial de los “cogoteros” que consiste en asfixiar a la víctima desde la parte trasera de un vehículo, era muy común hace un par de años atrás, especialmente, en El Alto. Pero, ahora también se registra en nuestra ciudad, sobre todo en las rutas entre Cercado, Quillacollo y Sacaba.
Brandon Camacho, estudiante de psicología en la UMSS, expresó que fue víctima de esta forma de delincuencia. “Un fin de semana tuvimos que hacer un trabajo de grupo en Colcapirhua y nos quedamos hasta casi las 24:00. Todos los compañeros vivían en Quillacollo y yo tuve que regresar solo. Me subí en un trufi, ya no recuerdo la línea, donde sólo estaba el chofer y otro hombre. Cuando estuvimos por la Caja Nacional de Salud el tipo de atrás me puso una navaja en el cuello y me sacó la billetera. Luego el chofer se metió por una calle oscura y otro tipo me bajó”, contó.
FALTA DE CONTROL
A pesar de que las quejas sobre el transporte son frecuentes, ni la Alcaldía ni Tránsito realizan los controles en horas de la noche.
La falta de control es aprovechado por los transportistas para aplicar el incremento del pasaje hasta en 2,50 bolivianos.
Sin embargo, los estudiantes de secundaria del turno diurno también han expresado su reclamo por el alza de la tarifa. Tampoco existe un sistema para formalizar los reclamos, debido a que los usuarios tienen que dirigirse hasta las instalaciones de Movilidad Urbana o Tránsito para sentar su queja. Aunque existen sanciones para los transportistas que incurran en el cobro exagerado, muy pocas veces se aplican. La amonestación es una multa económica.
El control para que el pasaje escolar y universitario se cumpla se realiza esporádicamente.
PASAJES VIGENTES
En febrero de 2014, el Concejo Municipal aprobó la Ley de Ajuste Tarifario del Transporte Público. La disposición sólo autorizó el incremento del pasaje de 1.70 bolivianos a 1.88 bolivianos, aunque en la práctica es de 1.90.
La Ley de Ajuste mantuvo la tarifa diferenciada para los estudiantes. El costo es de 50 centavos de bolivianos para los estudiantes de primaria y secundaria, sea en el nivel diurno o nocturno. En tanto que el pasaje universitario debería ser de 80 centavos de boliviano. En la realidad, los estudiantes de los colegios nocturnos y de las universidades pagan más que el pasaje adulto. A partir de las 22:00, el transporte pública aplica la tarifa de 2.50 bolivianos, 60 centavos más que el pasaje autorizado por el Concejo Municipal.
También rige el pasaje para las personas con discapacidad de 1.50 bolivianos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario