Madres y padres desmayados, amigos que a gritos expresaban su dolor, profesores que trataban de contenerlos… Un Potosí conmocionado recibió ayer los cuerpos de los ocho alumnos de la Promoción 2014 del colegio Óscar Alfaro, ahogados en Cochabamba.
Los estudiantes habían efectuado durante dos años varias actividades para recaudar fondos para este viaje de promoción —al que aportaron incluso los Bs 200 de su bono Juancito Pinto— , contó Oliver, quien se quedó en Potosí por problemas de salud y porque tenía que ayudar a su mamá. “Perdí a mis amigos de toda la vida, los conocí desde pequeños”, declaró.
A las 06.00 de ayer, con el hallazgo de Israel Ramos Flores, de 15 años, el comandante regional de la Policía del trópico, coronel Alberto Antezana, dio por terminado el rescate de los cuerpos.
Las víctimas eran parte de la Promoción 2014. La delegación, que partió la noche del domingo, estaba conformada por 29 estudiantes de 6º de Secundaria y tres maestros. Según los profesores, a su paso por el trópico hicieron una parada en el río Ichoa, municipio de Entre Ríos, a petición de los estudiantes, que querían refrescarse debido el intenso calor.
Once de ellos, tomados de las manos ingresaron hasta el puente Ichoa a pesar de las advertencias de algunos pescadores sobre la peligrosidad de las aguas. A las 16.30, uno a uno fueron arrastrados por la corriente. “Dos damas y un varón fueron rescatados por los pescadores”, y ocho desaparecieron, dijo Antezana, quien advirtió que sin la intervención de la gente “habrían sido 11 los fallecidos”.
Luto. A las tareas de rescate iniciadas por los pobladores, se sumaron efectivos del Regimiento de Infantería 33, los Diablos Azules y el personal de la Capitanía de Puerto Villarroel. Los cadáveres de Alfredo Ramos Barral (17), José Luis Alejo (18), Joselyn Martínez Mamani (17), Víctor Soto Gutiérrez (18), Alberto Alejo Coro (17), Adán Taquichiri Rodríguez (17), Israel Ramos Flores (15) y Cristian Apaza Pinto (18) fueron trasladados a la morgue de Entre Ríos.
Autoridades ediles y del Comité Cívico de este municipio proporcionaron los ataúdes, que pasadas las 09.00 fueron trasladados al aeropuerto de Chimoré donde esperaron el avión Hércules que iba a llevarlos a Potosí por orden del presidente Evo Morales.
El viceministro de Defensa Civil, Óscar Cabrera, que llegó a Cochabamba junto al ministro de Gobierno, Jorge Pérez, informó que factores climáticos impidieron el ingreso de la nave, la que tras dos intentos fallidos logró aterrizar cerca de las 13.20 para recoger los cadáveres y al resto de la delegación potosina.
A las 14.48, la nave tocó tierra en el aeropuerto Capitán Rojas, de Potosí, colmado desde muy temprano por padres de familia, parientes, alumnos del Óscar Alfaro, amigos y vecinos. La Gobernación —que declaró duelo departamental y tolerancia para quienes quieran asistir a la inhumación— proporcionó ocho ambulancias para trasladar los féretros a la capital.
A lo largo de los 14 kilómetros que separa la terminal aérea de la plaza 10 de Noviembre, una multitud se apostó en el trayecto y al paso de la caravana de ambulancias sacó pañuelos blancos como una señal de solidaridad. En el salón principal de la Gobernación, se vivieron las escenas más dolorosas: desmayos de padres y madres y desgarradores gritos de dolor. La Alcaldía de Potosí dispuso espacios en el Cementerio General para que los ocho jóvenes sean enterrados juntos.
En medio del dolor, padres de familia denunciaron que hubo profesores que obligaron a los estudiantes a ir de viaje. José Luis Taquichiri, cuyo hermano se cuenta entre los muertos, dijo que los profesores les amenazaron con aplazarles si no iban de viaje, aunque la directora del establecimiento, Primitiva Flores, lo negó.
Semanas antes, se acordó que no se iba a devolver el dinero recaudado a quienes no iban a viajar. Por ese motivo, muchos se sumaron. El sepelio de los ocho colegiales se efectuará hoy.
Destinaron su bono a completar sus cuotas
Veintinueve alumnos de la Unidad Educativa Óscar Alfaro de Potosí partieron rumbo a Cochabamba la noche del domingo. Aguardaron el pago de los Bs 200 del bono Juancito Pinto porque en el grupo había quienes iban a financiar su viaje de promoción con este beneficio que otorga el Gobierno.
De los 29, solo 21 retornaron a Potosí en una nave de la Fuerza Aérea Boliviana, que trasladó también los féretros de sus ocho compañeros que murieron ahogados en el río Ichoa, Cochabamba. Víctor Soto (18), quien le dijo a su mamá Francisca Gutiérrez que le iba a comprar su casa cuando sea abogado, partió con Bs 500 en el bolsillo. Bs 200 del bono, Bs 200 que le prestó su hermana y Bs 100 que ella le regaló, aunque no estaba de acuerdo con el viaje.
La madre de Alberto Alejo Coro contó entre lágrimas que su hijo tenía previsto ir al cuartel al año y luego encaminarse en la vida militar. Él, junto a su primo José Luis Alejo, quien también falleció, había ahorrado algo de dinero y con su bono tenían previsto cubrir todos sus gastos.
José Luis Taquichiri, hermano mayor de Adán (18 años), relató que el joven tenía la intención de estudiar ingeniería civil y se estaba preparando para seguir esa carrera. La familia tenía un mal presentimiento y por ello le pidió que se quede en Potosí, pero el muchacho se impuso. Una desolada Flora Rodríguez contó que su hijo soñaba con ser un ingeniero. La ilusión se le truncó muy temprano, con la muerte del muchacho.
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