Un diagnóstico de la Alcaldía de La Paz revela que en los últimos dos años los casos de sobrepeso, obesidad, bajo peso y desnutrición en los estudiantes se incrementaron en las unidades educativas fiscales y de convenio del municipio, por lo que se iniciaron talleres para los padres.
“Hemos encontrado que hay aumento de bajo peso y desnutrición en escolares, de 11% en 2011 subió a 13% en 2012, pero también hay más casos de alumnos con sobrepeso y obesidad, éstos se incrementaron del 5% al 7,6% y eso en números absolutos es gran cantidad de niños y adolescentes”, informó la nutricionista de la Unidad de Alimentación Complementaria Escolar (Unace) del municipio, Rocío Vila.
De acuerdo con los datos de la Alcaldía, el aumento de dichos porcentajes se presenta desde 2010, por lo que suponen que la primera estadística de 2013, la cual se sigue tabulando, también reflejará más casos. El diagnóstico es realizado desde 2006 a un promedio de 130.000 estudiantes de los colegios fiscales y de convenio.
Evaluación. La información proviene de la base de datos de la Unace, con los reportes enviados por los profesores de la materia de Educación Física, quienes pesan y tallan a los estudiantes de primaria y secundaria, dos veces al año: al inicio de clases y al culminar la gestión. En el caso de los escolares de inicial (kínder y prekínder), el trabajo lo realizan los educadores del nivel.
Entre las principales causas para el bajo peso, desnutrición, sobrepeso y obesidad está la elevada venta de comida chatarra en los quioscos instalados fuera y dentro de los establecimientos, y la disminución de alimentos nutritivos y complementarios.
“Vemos que ahora los padres tienen el hábito de comprar pipocas, chisitos y chocolates para el recreo de sus niños, en el caso del nivel inicial. Los más grandes también tienen la costumbre de comer papas fritas y golosinas. Eso es lo que hay que cambiar por el bien de la salud”, dijo Vila.
Otra razón para el incremento de casos es la inadecuada alimentación que reciben los menores en las casas. La nutricionista citó como ejemplo a aquellas familias que no consumen ciertos alimentos por cuestiones de gusto y forman el hábito en sus hijos. Otros escolares presentan los problemas por deficiencias fisiológicas, por lo que recomendaron proporcionar vitamina A para este grupo.
Ante esta situación, la Unace inició la primera fase de los talleres de nutrición y salud escolar en los mismos establecimientos, dirigida a los padres de familia del nivel inicial para explicarles las consecuencias, a corto y largo plazo, de una mala alimentación en la niñez y la forma adecuada en la que deberían nutrir a su familia.
Al finalizar los talleres, los nutricionistas de la Alcaldía de La Paz reparten a los estudiantes vitamina A y sulfato ferroso, que es un compuesto para evitar las anemias. Al retorno del descanso pedagógico comenzarán las charlas para el nivel primario y secundario, en estos espacios se atenderán todas las consultas de progenitores.
Sugerencias para buena nutrición
Comidas
Seguir los cinco tiempos de comidas para el niño: desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena. El estómago del menor se vacía cada dos horas.
Contenido
El almuerzo debe contener alimentos energéticos: arroz o papa, su cantidad tiene que ser del tamaño del puño del niño. Las frutas, verduras y carnes, del tamaño de la palma de la mano del menor.
Frutas
Las frutas son alimentos protectores. Es recomendable consumir tres al día. Por el invierno sugieren las de color anaranjado y amarillo intenso, como papaya y mango.
Nutricionistas recomiendan preparar alimentos atractivos
La preocupación más frecuente de los padres en los talleres es que sus hijos no quieren comer, para ello los nutricionistas sugieren preparar alimentos atractivos. “El tema más común es que los niños no quieren comer y lo peor es obligarlos. En el caso de que rechacen las sopas o verduras, lo mejor es preparar alimentos de formas atractivas para ellos”, sugirió Vila. La nutricionista citó como ejemplo comer el brócoli con un poco de mayonesa, pero sin abusar, o en el caso de las sopas combinarlas con un alimento que sea del agrado del niño.
Detalló que cada caso es diferente, por lo que aprovechan los talleres para individualizar las recomendaciones. En algunas situaciones se debe a la formación de hábitos que formaron en los niños desde pequeños. “A partir de los seis meses de edad, los niños reciben alimentación complementaria; es donde inician los buenos hábitos”, dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario