ALUMNOS
Según la oficina de prensa de Escuelas Públicas del Condado Miami-Dade, 3.220 estudiantes practican la educación en el hogar. Este condado es el cuarto en cantidad de alumnos (345 mil).
Los padres estadounidenses agobiados por las tareas que sus hijos se llevan a casa están encontrando en el homeschooling (educación en el hogar) un camino de independencia, amparados por unas leyes muy liberales.
En Estados Unidos un padre o una madre que quieran educar a sus hijos en casa pueden elegir planes de estudios, métodos y bibliografía y tienen mando sobre la administración total del tiempo.
Las cifras de esta práctica aumentan, mientras las familias se organizan en grupos afines, para no perder el contacto social.
Las horas no alcanzan, asegura Paula Castaño, una bailarina profesional que está criando a sus dos hijas entre ensayos, actuaciones y países.
El preescolar de la mayor, Matilda, de seis años, lo hicieron entre Estados Unidos, España y Colombia. El padre de las niñas es músico, viaja mucho y no quieren separarse demasiado tiempo.
Pero la motivación principal por la enseñanza en casa no es la presión de una vida casi nómada, sino que Paula cree que a los cuatro ó cinco años un niño no está preparado para tantas horas sin sus padres.
Dice que el sistema de enseñanza tradicional está mal diseñado, que está más enfocado en el trabajo de los padres que en el bienestar emocional del niño.
Como necesitaban ingresos y Paula no quería desvincularse de su profesión, montó una escuela de "danzas del mundo", adonde asisten alumnas y alumnos que practican el "homeschooling" y otros que no. La idea es no desvincularse de la sociedad.
Si en adelante sus hijas deciden estudiar en la escuela común, Paula no se lo impedirá. Esta familia está comenzando un camino al que acuden cada vez más padres, fundamentalmente por sentirse agobiados con tantas tareas escolares, según pudo corroborar Efe.
Estudiar en casa es muy sencillo en Estados Unidos. Solo se necesita la voluntad, notificarlo al sistema de enseñanza público y enviar un aval de un especialista, solo una vez al año, para dar cuenta del rendimiento individual del estudiante.
Así lo confirmó una maestra que lleva 13 años practicando la educación en casa, Cybele Botrán, una californiana con máster en Educación, descontenta también con el poco tiempo que les quedaba para visitar museos y hacer actividades recreativas en familia.
En 2003 comenzó con su primer hijo, Miguel, que ahora tiene 20 años y estudia Astrofísica en la universidad. Luego siguió con los otros dos, Adrián, de 18, y Sophia, que tiene 16.
Casada con un español y asentada en Miami, Cybele recuerda cuando se reunía en los parques de la ciudad con otras familias que también practicaban el "homeschooling".
Según ella, no es necesario ser profesora. Más bien eso complica el tema, "porque una tiende a mirar la educación en casa como si fuera el colegio y realmente no lo es".
"La educación en casa se basa en una relación muy íntima y tienes que usar tu sexto sentido. Realmente lo que aprendí en la universidad no me ayudó; era como una falsa seguridad", argumenta en un español muy fluido.
Con la experiencia que posee, Cybele asesora al grupo Parents' Association for Teaching at Home (Asociación de Padres para la Enseñanza en el Hogar, PATH, sus siglas en inglés) y se reúnen todas las semanas para enriquecer los conocimientos de los estudiantes con lo que puedan aportar los padres.
Es uno de los pocos grupos no religiosos que practican el "homeschooling" en Miami.
"No queremos que el gobierno nos dirija, queremos libertad", dice esta mujer que observa un crecimiento del "homeschooling" en sectores profesionales, "simplemente porque el colegio privado es muy caro o porque el público a veces no ofrece buena calidad, o tienen demasiados niños".
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