El machismo en la sociedad y no considerar a los menores de edad como personas de derechos son dos de las principales causas de la violencia sexual en las unidades educativas y la retardación de justicia, según activistas por los derechos de niños y mujeres.
“Esto (vejación a menores de edad) responde a la sociedad machista en que se vive, se da mucho valor y autoridad al hombre. La mujer y la niña son consideradas objetos sexuales. Incluso algunos maestros han perdido su rol de protector hacia la niñez y adolescencia”, expresó Julia Velasco, coordinadora de la Agencia Nacional de Noticias por los derechos de la Infancia (ANNI).
Cuestionó que en la sociedad valga más la palabra de un adulto que la de un niño. “Hay familias que viven en la pobreza y se conforman con el dinero que les da el agresor, y el caso queda en nada, la palabra del niño, en nada”.
Informe La Razón publicó ayer el reportaje Impunidad, violencia sexual en colegios, en el que se indica que en La Paz hubo 62 casos denunciados de violación en unidades educativas, desde 2009 hasta mayo de 2015, según la Dirección Departamental de Educación (DDE). Del total, solo dos lograron una sentencia.
La impunidad se refleja en la retardación de justicia, falta de recursos, acuerdos entre la familia y el acusado, insuficiencia de pruebas, fuga de los implicados, desconocimiento de las normas por parte de las familias, y en otros casos por la dejadez de los querellantes.
Además de los familiares, desde 2012 el Ministerio de Educación se convirtió en parte querellante, tras la aprobación del Decreto 1320, que suspende a maestros con procesos por agresión sexual a estudiantes. Hasta el cierre de edición se buscó la versión de alguna autoridad educativa, pero no hubo éxito. En Bolivia, el Ministerio de Educación registró 132 casos de violencia sexual en colegios y solo cinco lograron una sentencia.
Al respecto, la activista por los derechos de las mujeres Patricia Bráñez sostuvo que el machismo no solo es una causa para la violencia sexual en colegios, sino también para la retardación de justicia. “Hay sesgos de género en la administración de justicia. Por ejemplo, se pone en duda el testimonio de la víctima, su palabra. El machismo repercute incluso muchas veces en el proceso de investigación”, señaló Bráñez.
RETARDACIÓN. Agregó que además del machismo hay causas más estructurales para la retardación de justicia: tráfico de influencias, incumplimiento de tiempos procesales y audiencias. “Todo influye para que los delitos por violación no lleguen a los estrados judiciales y así se logre sancionar a los agresores”.
La activista recordó que la Ley para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia (348) establece la creación de juzgados especializados y con profesionales formados en derechos humanos y derechos de mujeres, a los cuales se deben derivar también los casos que impliquen a las niñas.
En el país existen 326 centros de atención para víctimas menores de edad, y Servicios y Estudios Para la Participación Ciudadana en Democracia (Sepamos) es uno de ellos desde 2009. Entre 2013 y 2014, la institución atendió 102 casos de violencia sexual, con mayor incidencia en adolescentes, niñas y mujeres adultas.
La mayor cantidad de casos atendidos son por violación, seguido de abuso, estupro y acoso. El 65% de los agresores fueron del entorno familiar (padres, tíos, abuelos, hermanos y otros) y el 20% eran del entorno más cercano (vecinos, profesores y otros). “La relación cercana entre agresor y víctima posibilita el abuso a través de engaños”, indica Sepamos.
García pide transformar el núcleo familiar violento
El vicepresidente Álvaro García Linera exhortó ayer a los bolivianos a transformar el núcleo familiar violento por uno persuasivo y de diálogo para frenar los casos de violencia física y psicológica contra los niños. “Ese es el núcleo familiar violento que se tiene que ir transformando: hacer el núcleo familiar persuasivo. Pero ante todo un llamado a los padres y madres, son otros tiempos, la violencia no es el mecanismo de formación y disciplina (sino) el convencimiento, el diálogo, el lenguaje para lograr los objetivos”, dijo García Linera.
Sostuvo que la violencia hacia los niños y niñas es “un tema estructural” que no solo es responsabilidad del Gobierno sino también de las familias. Pidió educar a las nuevas generaciones inculcando el respeto mutuo.
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