Entre los colegios participantes se mencionó a la Unidad Educativa de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), la Unidad Educativa Fernando Nogales Castro y la Unidad Educativa Ayacucho.
Los eventos realizados tratan de prevenir el maltrato que se suscita en las diferentes unidades educativas, hechos que no siempre son conocidos por los padres de familia, profesores y autoridades competentes para tomar medidas de prevención, explicó José Luis Hidalgo, representante de la Defensoría en El Alto.
Luego de una encuesta aplicada a 460 estudiantes, para conocer si han sufrido bullying, se logró conocer que más del 50% de los educandos (255), fueron víctimas de abusos de esa cantidad, mientras otros 134 estudiantes enfrentaron el abuso escolar se caracteriza al enfrentar apodos ofensivos, burlas por algún aspecto de su cuerpo, vestimenta, gafas y otras características como su religión o lugar de origen; mientras que 54 de los afectados fueron perseguidos, golpeados, sufrieron robos, recibido insultos o han sido obligados a realizar actos en contra de su voluntad; 67 escolares avisaron a un adulto cuando sufrieron algún problema, de los cuales solo en 25 casos se realizó algún tipo de intervención por parte de las autoridades del centro educativo.
Por otro lado, 117 estudiantes dicen no haber sufrido agresiones; 88 reconocen haber golpeado a algún compañero de los cuales 23 eran en defensa propia, de ellos, sólo 20 fueron sancionados.
TESTIMONIOS
En la recolección de testimonios escritos por parte de los estudiantes que enfrentaron bullying; una adolescente de 15 años escribió “Me perseguían, me obligaron a fumar y cortarme en las manos. No quiero decirles a mis padres para que no se preocupen”.
Otra estudiante de 16 años señaló que “cuando sufría maltrato por otras chicas pedí apoyo a mi anterior escuela y la dirección del colegio se negó ayudarme porque me agredían fuera del colegio, no entiendo por qué no podían ayudarme”.
Si bien los educandos identifican y conocen el concepto de bullying, ellos están conscientes de que la víctima se siente sola, sufre angustia, dolor, depresión y tiene baja autoestima. También piensan que los acosadores tienen problemas en su entorno familiar, y reconocen que quieren llamar la atención y se sienten superiores a sus víctimas. Creen que la mejor manera de solucionar el problema es la ayuda psicológica para la víctima y el agresor, denunciar la situación a cualquier persona adulta.
De acuerdo a los estudiantes “cuando se denuncia a las autoridades del colegio no se movilizan para nada, ni los representantes estudiantiles, ni los mismos estudiantes dicen nada, solo se quedan callados”, otro estudiante dice que “cuando existe un problema entre estudiantes, este problema siempre sigue y nunca se elimina, porque nadie hace nada por resolverlo y por eso creo que muchos tratan de combatir el bullying con más bullying”.
El maltrato entre pares (bullying) es una problemática social en Bolivia que va en aumento. Ha cobrado importancia al igual que en otros países a raíz de las muertes de niños y adolescentes, ya sea por suicidio o violencia juvenil. Uno de los casos más graves sucedió en Cochabamba donde Daniela, de 15 años, se suicidó tras haber sido víctima de este acoso en su colegio. Otro caso es el de Javier, de 15 años, que sufrió agresiones y amenazas por su condición social.
En la zona Cosmos 79 del Distrito 3 de la ciudad de El Alto un adolescente falleció a causa del acoso por parte de sus compañeros y una última denuncia investigada por la Felcc da cuenta de un suicidio de una adolescente, quien dejó una nota indicando que su decisión responde a un supuesto acoso sexual generado por parte de sus profesores.
IDENTIFICAR
Hidalgo recuerda que el bullying es el maltrato verbal, físico, y psicológico deliberado y continuado hacia un estudiante, en específico por parte de uno o más de sus compañeros que se encuentran en algún tipo de ventaja sobre el agredido. La víctima que padece de acoso sufre cambios en su comportamiento y en su humor, se aísla de sus compañeros y no quiere salir. A raíz del abuso se vuelven inseguros, tienen baja autoestima, son depresivos, comienzan a tener ideas suicidas, el miedo se vuelve en parte de su personalidad, su temperamento se hace más débil y comienza a fracasar en el colegio.
La autoridad recomienda que para enfrentar el bullying se debe realizar un diagnóstico para conocer en qué grado de violencia nos encontramos y así saber cómo intervenir en la población. Llevar a cabo un programa para que los niños y niñas aprendan a respetar las diferencias y a quererse ellos mismos.
“Tanto las unidades educativas, como las Defensorías de la Niñez y Adolescencia del municipio deben contar con programas de prevención e investigación sobre casos de bullying. Asimismo, se requiere de una norma que establezcan sanciones tanto a agresores, cómplices, como docentes y autoridades que no reporten los casos”, explicó.
De acuerdo con la Defensoría, en Bolivia los maestros no están capacitados para prevenir o responder a los casos de bullying. Los colegios no tienen normativas internas para enfrentar el conflicto. La legislación que protege a los niños, niñas y adolescentes contra la violencia en los colegios no es suficiente. Cinco de cada diez estudiantes han sufrido algún tipo de violencia en su unidad educativa, según un estudio realizado por el Ministerio de Educación en 252 unidades educativas.
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