Estas movilizaciones se dieron ayer después de un ampliado departamental y a pesar de las explicaciones por parte del Ministerio de Educación de que no se despedirá a ningún profesor y tampoco se recortarán horas con la excusa de la aplicación del nuevo plan de estudios.
El principal ejecutivo del Magisterio Urbano de Cochabamba, Miguel Lora, dijo que las marchas continuarán hasta que “el Gobierno suspenda ese maldito plan de estudios que está condenando a la educación al caos porque está reduciendo las horas de las materias técnicas y está moviendo a los maestros como fichas de ajedrez”.
María Coronado, madre de un estudiante del colegio Japón, dijo que también rechaza la aplicación de la nueva ley, porque pondría en riesgo la seguridad de los alumnos debido a que con la ampliación de horas, los menores de edad saldrían casi al llegar la noche, en el caso de los turnos de la tarde.
“Yo no sé si eso no han tomado en cuenta las autoridades”, dijo.
Por su parte, el representante de los estudiantes de secundaria, Brandon Cadima, indicó que la ley fue impuesta porque el Gobierno no consultó con los alumnos sobre la nueva normativa, por lo tanto dijo que continuarán con las marchas porque se estaría “jugando” con el futuro de ellos y del país.
Lora dijo que con estas marchas los profesores están defendiendo el carácter científico de la educación que pretende ser eliminado con la nueva ley educativa.
Entre tanto, las autoridades educativas reiteraron que las movilizaciones del magisterio no tienen razón de ser porque los argumentos que manejan no son válidos.
El ministro de Educación, Roberto Aguilar, dijo que se remitió una circular a todos los departamentos advirtiendo que no se pueden despedir maestros y tampoco recortar horas a raíz de la aplicación de la malla curricular de lo contrario los responsables serían procesados.
“Hemos pedido a las federaciones hacer conocer los casos en los cuales se hubieran retirado a maestros para procesar a los responsables”, dijo la autoridad afirmando que el discurso de algunos dirigentes del magisterio tendría un trasfondo político.
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