La exposición interactiva Aire Limpio sirvió para desarrollar una serie de actividades lúdicas, en las que los pequeños participaron con entusiasmo y curiosidad. "¿Sabían que el aire tiene peso?”, dijo de principio una de las monitoras.
Apoyándose en distintos paneles informativos y otros recursos didácticos, como globos con la forma de la Tierra, continuó interactuando con sus atentos alumnos: "¿Podemos atrapar el aire?, ¿con qué inflamos los globos?”, preguntó. "De aire”, contestó el coro de niños al unísono.
"He aprendido que es importante el aire porque sin él no podemos vivir”, concluyó Ruth, una de las participantes, que sujeta uno de los múltiples globos que acaba de llenar en el taller.
En esta primera exposición los visitantes aprenden sobre el aire: desde su composición, hasta los problemas relacionados a su contaminación. Con esta finalidad, Lidema ha elaborado una serie de fichas informativas.
Jenny Gruenberger, directora ejecutiva de Lidema, señala que es la primera vez que cuentan con un espacio propio para la educación ambiental. Durante sus 29 años, la organización no gubernamental ha utilizado todo tipo de espacios públicos -como plazas, colegios, etcétera- para abordar el tema.
Gruenberger resaltó la importancia de llegar a los más pequeños "que son como esponjas y tienen mayor capacidad para aprender que los adultos”. Durante la sesión, los chicos reciben la información y el material correspondiente para lograr que "se apropien y se hagan responsables del ambiente”, añadió.
Sergio Ríos es el experto en museología encargado de esta primera exhibición: "Me baso en la idea de generar espacios para aprender en libertad, experimentando e intercambiando ideas porque creo que nuestra principal fuente de conocimientos es la experiencia. La escuela sólo cubre una parte de la educación”, afirma.
La Cooperación Suiza en Bolivia ha financiado la muestra que abre este espacio . El embajador suizo en Bolivia, Peter Bischof, en el acto de inauguración, destacó la importancia del proyecto refiriéndose a la cita del filósofo chino Confucio: "Si tu objetivo es progresar un año, siembra trigo; si tu objetivo es progresar diez años, siembra árboles; si tu objetivo es progresar cien años, educa a tus hijos”.
Lidema bautizó el centro como Curucusí, que es un insecto de tierras bajas que alumbra. El embajador usó el concepto como metáfora: "que la pequeña luz que emana de este personaje se convierta en un gigante faro”.
Listo para repartir su luz, el Curucusí espera a los niños de siete a 11 años en su sede. Los profesores o padres de familia deben comunicarse con Lidema para programar su visita.
Difusión en colegios
Visitas Lidema tiene previsto recibir en el Curucusí a escolares de primaria de colegios fiscales y particulares.
Itinerante Está previsto que después de su presentación en La Paz, la muestra Aire Limpio se traslade a otras ciudades.
Contacto Profesores o padres de familia interesados pueden comunicarse con Lidema (2418060 o 2419393).
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