“La mayoría de los escolares llevan mochilas enormes en las que llenan todos sus libros, cuadernos, bolígrafos, colores y demás, incluso aunque no tengan que llevarlos, o en el caso de los más jovencitos que ya por vanidad utilizan sus mochilas de un solo lado, poniendo todo el peso en uno de sus hombros, como están creciendo muchas veces se van lastimando la columna o empiezan con el dolor de espalda y la mala postura”, comentó Álvarez.
Asimismo, indicó que los padres deben controlar que es lo que sus hijos llevan en la mochila, para que así también se pueda evitar los extravíos de material o de libros que no era necesario que lleven a la escuela, y que se debe hablar con los profesores para que no les pidan tantas cosas.
El problema no está solo en lo que llevan en ellas, sino en el tamaño que los padres escogen, si un niño es pequeño y le ponen una mochila excesivamente grande, con la finalidad de que la use por mucho más tiempo, entonces la mochila se llenará con más cosas y por tanto pesara más.
Gumer Canaviri, vendedor de mochilas, indica que las mochilas deben ser livianas, por ejemplo las de pre escolar o primero de primaria, son más pequeñas y vienen con una capacidad de casi tres kilos pero que ya en el ejercicio diario, se llena con más cosas, llegando hasta cuatro kilos.
Lo mismo pasa en el caso de los niños más grandes, un niño de 10 años de edad, que mide 1,25 metros de estatura y pesa alrededor de 38 kilos, debería cargar en su mochila, un peso de 3,5 kilos (10%) pudiendo llegar a un máximo de 5.2 kilos (15%), para evitar problemas de lesiones a futuro.
“Las mochilas con ruedas, parecían ser una solución, pero al final son más pesaditas y como no todo es plano igual los niños acaban cargando las mochilas, es mejor las que tienen dos agarradores para los brazos, y que estén acolchadas”, señaló Gumer Canaviri.
Para evitar cualquier tipo de problemas de salud se recomienda usar mochilas con correas anchas y respaldo acolchado, y que sean de un ajuste firme. De igual forma, se debe repartir el peso de manera adecuada, cargando la mochila siempre en los dos hombros, organizar la mochila de modo que los libros pesados estén apoyados en la espalda y mantener una buena postura.
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