El uso de uniforme en las unidades educativas fiscales, privadas y de convenio no es obligatorio, según el artículo 43 de la Resolución Ministerial 001/2014 que dispone ciertos requisitos.
“El uso de uniforme decidido por mayoría de votos de madres y padres de familia de la unidad educativa no significará obligarlos a adquirir el mismo de un lugar específico, pudiendo obtenerlo del centro comercial o lugar que le permita su economía. Está prohibida la exigencia de compra de uniforme y materiales escolares de un lugar determinado o exclusivo”, señala el inciso II del mencionado artículo.
Antonio Pereira, presidente de la Junta Nacional de Padres de Familia de Colegios Privados, dijo que esta norma no se cumple en la mayoría de los colegios privados e incluso en los fiscales, que ahora también obligan a la compra de las prendas en los mismos establecimientos.
La Razón comprobó esta afirmación en el kínder fiscal Macario Pinilla, de la calle Aspiazu, donde venden el uniforme completo por Bs 280. Por este monto, el padre de familia recibe una chompa, un pantalón una gorra, una bolsa, un deportivo, una polera y un corto.
Incluso, aseguró Pereira, cada establecimiento o junta escolar tiene un lugar exclusivo para confeccionar las prendas. De la unidad Macario Pinilla, por ejemplo, los trajes son costurados por Marco Antonio Quisbert, de Ysmarc Service Online, taller donde se puede dirigir el progenitor para adquirir la ropa escolar.
En cuanto al caso de las juntas escolares, Pereira señaló que en algunas unidades educativas los mismos padres se nombran en comisión para vender los trajes de promoción. “Los precios son exorbitantes, porque el cobro de la tela y de la confección son individuales. Amenazan a los alumnos diciéndoles que si no compran el traje, no van a entrar al acto de promoción”, indicó.
Denuncias. El representante aseguró que en el colegio Urkupiña de Quillacollo, Cochabamba, venden dos uniformes al año: uno para el festival deportivo y otro para Educación Física. Dijo además que en los colegios San Antonio y San Calixto, de La Paz, hacen ventas disimuladas en sus mismos predios. “En realidad, el uso del uniforme es obligatorio en estos establecimientos”, señaló. De acuerdo con Pereira, los padres se sienten obligados a adquirir el uniforme porque sus hijos se sienten discriminados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario