Así, los datos de 2011 indican que el 53 % de los adultos con edades entre 25 y 34 años tenían educación secundaria superior, frente al 26 % entre quienes tienen de 55 a 64 años.
Son datos incluidos en el informe "Panorama de la Educación 2013", publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y que se refieren a estadísticas de 2011, último año del que se ofrecen detalles.
Son niveles por debajo de la media de los 34 países miembros de la organización, donde el 75 % de la gente entre 25 y 64 años tenía educación secundaria superior terminada, frente al 43 % para el mismo segmento de población en Brasil.
La adquisición de calificaciones correspondientes a una educación terciaria (formación profesional superior o universitaria) también aumentó en el período comprendido entre 2008 y 2011, pero a menor ritmo, constató la OCDE.
Con una media del 12 % de adultos con edades entre 25 y 64 años con educación terciaria, Brasil quedó por debajo de la media de la OCDE, donde en 2011 se alcanzaba el 32 % y era del 26 % en los países miembros del G20 (grupo de países desarrollados y emergentes).
En Brasil, la posesión de un diploma que certifique esa titulación de nivel terciario significa que se podrá estar en condiciones de percibir un salario superior que quienes no dispongan de ese nivel educativo.
El índice de empleo para los adultos con ese nivel alcanza el 85 %, superior en dos puntos a la media de la OCDE.
Además, el informe destaca que ese nivel educativo permite tener un salario un 157 % superior al que reciben quienes disponen solo de una educación superior secundaria, lo que coloca a Brasil en segundo lugar por detrás de Chile.
Y además, muy por encima de la media de la OCDE, donde tener esa titulación terciaria permite alcanzar salarios un 57 % superiores a los que obtienen los adultos con formación secundaria superior.
Por último, el informe revela que la inversión pública en educación en porcentaje de Producto Interior Bruto (PIB) pasó del 3,5 % en 2000 a un 5,6 % en 2010, aunque quedaba ese año todavía por debajo de la media de la OCDE, que era del 6,3 %.
En educación terciaria, Brasil alcanzó un gasto público del 0,9% de PIB en 2010 y el gasto público anual por estudiante se situó al mismo nivel que la media de la OCDE (13.137 dólares).
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