Ante esta situación, buscan renovar el convenio con la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), que concluyó hace nueve años, cuando dejaron de estar bajo su tuición.
Ana María Guzmán, presidenta de la Asociación de Padres de Familia, contó que desde entonces, a inicio de cada gestión, cada padre cancela 50 bolivianos para pagar por los servicios de luz, teléfono y agua.
“Como este colegio ha nacido como escuela de convenio con la UMSA, la Alcaldía no paga por los servicios, pero desde hace nueve años que no se renueva el contrato de convenio con dicha casa de estudios superiores y por eso es que nadie asume responsabilidades”, enfatizó Guzmán.
Con ella coincidió Ximena Suárez, representante de los padres de familia del quinto grado de secundaria, quien explicó que incluso el mantenimiento de la infraestructura corre por su cuenta. “Pintamos muros, arreglamos algunas goteras, ventanas y otros”.
La UESA, ubicada en el campus universitario de Cota Cota, fue creada en 1980 como una escuela de convenio con la UMSA, ya que su principal labor era formar a los hijos de los docentes y trabajadores administrativos; es por ello que su estatus -si es fiscal o de convenio- no está del todo definido.
Al respecto, Patricia Velazco, directora de Educación de la Alcaldía, dijo que “el municipio no puede hacerse cargo del pago de los servicios básicos del colegio porque funciona en predios privados y, en todo caso, sólo el propietario que es la UMSA tendría que pagar y hacer el mantenimiento de la unidad educativa”.
Según Sussy Alaby, directora del establecimiento, pese a que los padres se hacen cargo del mantenimiento, es evidente que la infraestructura comienza a deteriorarse.
“Tiene los techos dañados y por eso hay goteras en las aulas, sólo se tiene dos baños para los cerca de 250 estudiantes varones, además hay filtraciones de las vertientes que hay en el sector en época de lluvias”, relató Alaby.
En un recorrido que este medio hizo por el predio se observó que los focos de las aulas están en mal estado, que las gradas están a punto de caer y que hay rajaduras en varias paredes.
Piden renovar el convenio
Según Alaby, si el convenio no se renovó una vez que se cumplió el plazo “fue porque los padres de familia de entonces malversaron los recursos que recaudaban, ya que cada mes recibían 90 bolivianos por cada estudiante”.
Por ello, “las autoridades de la UMSA nos pidieron que rindamos cuentas pero nadie tiene un informe al respecto y son los estudiantes quienes se perjudican”, dijo la directora.
“Con el convenio los bachilleres ingresaban directo a la UMSA, tenían acceso a laboratorios y a pasantías, lo que ahora no se da”, agregó.
En ese marco, Teresa Rescala, que hasta el pasado lunes fue rectora de esa casa de estudios superiores mencionó que “hay algunos antecedentes que no permiten que renovemos el convenio”. “Por lo menos por ahora se descarta esa posibilidad”, añadió.
Sin embargo, la saliente rectora aseguró que la infraestructura actualmente está en comodato y dejó entrever que las nuevas autoridades deben buscar una solución a la problemática.
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