Luego del inicio de las labores escolares en las unidades educativas del país, el profesional en salud mental, recomendó a los maestros y padres de familia no atarear de manera excesiva a los niños, ya que estos podrían llegar a un grado de estrés, lo que provocaría una depresión al infante que perjudicaría sus estudios.
“No todos los niños tienen las mismas capacidades de desenvolvimiento, por ejemplo, si el maestro exige demasiado con la realización de un trabajo al niño, y a éste se le dificulta hacerlo, por muchas razones, ya sea porque no entendió, u otros, lo que persistirá con esa dificultad por un determinado tiempo. En tanto, las tareas se acumulan, la mamá y el profesor continúan presionándolo, lo que generará un cuadro de estrés”, dijo Urquidi.
Según su criterio, si la presión a la población infantil es sobreexcesiva, deteriora el proceso de aprendizaje, pues el niño entra en depresión por no poder realizar su labor como los adultos le piden, creando inseguridad con ellos mismos en la realización de cualquier actividad.
En este caso, afirma el psicológo, lo que deberían hacer los maestros y los padres de familia es ser tolerantes, así también propositivos con sugerencias alternativas para una solución con enseñanzas dinámicas, con juegos, con mucha participación del niño y no mucho del profesor para estimular sus habilidades de desarrollo integral en la educación, que al mismo tiempo incentiven al menor más ganas de continuar con su aprendizaje.
“Existen escolares que tienen dificultades con la asimilación en clases, sin embargo, no se debe entorpecer el aprendizaje con regañar a los niños por sus fallas o equivocaciones de sus trabajos escolares y mucho menos insultarlos con palabras que afecten emocionalmente al infante como generalmente lo hacen algunos padres y profesores, más bien ese niño necesita más atención y apoyo para tener habilidades destrezas sociales y cognitivas”, puntualizó el profesional.
En ese sentido, Urquidi dio a conocer detalles de cómo los padres pueden darse cuenta de que sus hijos estén con estrés.
Principalmente mencionó que el cambio es súbito en el niño, es decir, si antes él era hiperactivo, luego se vuelve muy introvertido, se le quita el apetito, no tiene ganas de hacer nada, de vez en cuando se pone triste, se aísla de todos, genera llantos por cualquier motivo, encuentra sueño constantemente, que según el psicólogo este caso en la niñez no es normal, como también el estreñimiento que en algunas veces genera estrés.
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