El nuevo bloque de 18 aulas no puede ser usado porque se encuentra en litigio debido a la mala calidad de ejecución.
El presidente de la Junta Escolar, Juan Huanca, protestó por la medida porque los toldos “por lo menos protegían a los estudiantes del sol y del viento”. Muchos niños y jóvenes se las ingeniaron usando sombrillas para soportar el sol durante las clases de ayer por la mañana.
Huanca señaló que los padres de familia rechazan la posibilidad de que se desdoblen los turnos para que los estudiantes ocupen las aulas antiguas del establecimiento.
Tampoco aceptarán el traslado a otra unidad educativa porque la mayoría vive por la zona, cerca del Calvario de la colina de Cota.
El oficial mayor técnico de la Alcaldía, Wílber Oporto, explicó que las carpas fueron retiradas porque desde hoy los estudiantes pasarán clases en dos turnos. Según la autoridad, existe un acuerdo con el director del establecimiento.
Oporto explicó que la situación de la flamante estructura de dos pisos será definida en la ciudad de La Paz por los técnicos de la Unidad de Proyectos Especiales hasta el fin de semana.
La Alcaldía de Quillacollo inició procesos civiles y penales en contra de la empresa constructora unipersonal de José Luis Jaldín y del supervisor del proyecto Natalio Bernal.
El Ministerio Público solicitó un peritaje para determinar la situación de la obra.
El mismo señala que las columnas y vigas de hormigón armado no son adecuadas para soportar el peso de la estructura. Alguna vibración o las actividades de los estudiantes podrían colapsar en edificio y se recomendó su demolición.
La pasada semana se retiraron marcos de puertas y ventanas, mientras las clases fueron suspendidas una semana más para demoler la obra.
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