Los Centros Menesianos reciben su nombre del Venerable Juan María de la Mennais, quien, juntamente con Gabriel Deshayes fundan en 1819 la Congregación de Hermanos de la Instrucción Cristiana de Ploërmel, al descubrir las necesidades de los niños y jóvenes de Bretaña (Francia), promueven escuelas cristianas en las que maestros piadosos “den a conocer el Evangelio y hagan amar a Jesucristo”. Esta Congregación sigue hoy esta misión de evangelizar a través de la educación de los niños y jóvenes, con predilección por los pobres.
Convencidos de que el carisma menesiano puede ser compartido con los laicos, la Comunidad Educativa de una Escuela Menesiana busca hacer realidad en todos nuestros centros la espiritualidad, la pedagogía y el estilo de vida menesianos.
Hermanos y Laicos menesianos trabajan y viven juntos la misión compartida en una oferta educativa inserta en la Iglesia en comunión.
La palabra “hermano”, como expresión de fraternidad evangélica, se constituye en el concepto clave para definir el ambiente educativo de una Escuela Menesiana que ofrece su propuesta educativa a la sociedad, en especial a las familias que eligen nuestra oferta educativa, siendo respetuosa con otras opciones.
Al considerar al alumno como protagonista de su propia educación, los educadores de una Escuela Menesiana están convencidos de que hay que “formar al hombre completo, su corazón y su espíritu” y de que solo mediante la relación personal se puede poner en marcha un auténtico proceso formativo.
Cada Escuela Menesiana, conocedora de que el anuncio del Evangelio por medio de la educación es más necesario que nunca, no trabaja de forma aislada sino que busca mantener una relación estrecha con los otros centros menesianos y con el entorno social, cultural, eclesial, religioso y económico.
LLEGADA A EL ALTO
En el año 1993, los Hermanos Menesianos de España deciden abrir una nueva comunidad en algún país de América Latina donde no estuviesen ya presentes.
Después de visitar Colombia por una parte y México por otra, deciden permanecer en Bolivia.
Tras la decisión, dedicaron varios meses a preparar su llegada. Para ello contactaron con Fe y Alegría que en esa época estaba dirigida por el padre Gabriel Codina.
Después de algunos viajes de contacto y de visitar colegios de Fe y Alegría de diferentes ciudades, los Hermanos de acuerdo con Fe y Alegría deciden hacerse cargo del colegio Luis Espinal Camps Alto Villa Victoria.
Hoy, como menesianos, ofrecemos una educación que haga posible que todos los estudiantes adquieran los medios necesarios para poder vivir con dignidad, libertad y comprometidos en la construcción de una sociedad más justa, más fraterna, más solidaria.
La celebración de los 25 años de la llegada de los menesianos a Bolivia nos invita a ser creativos en la educación: Nuevas metodologías acordes con el siglo XXI, nueva misión de los educadores en tiempos en los que el acceso a los conocimientos está abierto para todos, nuevos objetivos educativos que nos permitan crecer juntos en la diversidad, atención especial a la emotividad para aprender, afirmó el hermano Joaquín Blanco.
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