Los buenos hábitos de estudio en la escuela no suelen adquirirse naturalmente. La mayoría de los adolescentes necesita que se le enseñe cómo desarrollarlos. Y eso puede ser difícil si no está seguro de cuánto debe supervisarlo o cuánto debe involucrarse en su tarea. Considerar el lugar.
Demostrarles el valor del esfuerzo, regañar pero darles refuerzos positivos y educar con el ejemplo son algunas de las ideas de los expertos.
Algunos adolescentes estudian mejor alejados de las distracciones, mientras a otros les gusta tener a alguien cerca en caso que necesiten ayuda. El psicólogo clínico Francisco Cortés da algunas pautas de cómo afrontar el problema.
—¿Qué deben hacer los padres para ayudar a los hijos adolescentes a desarrollar buenos hábitos de estudio?
—Los padres son los primeros educadores que tiene el niño, son su modelo a seguir, éstos son responsables directos de entregar valores, principios, pautas de comportamiento y actitudes frente a diversas situaciones. Si como adultos somos desordenados, por ejemplo, el hábito de estudio les costará más forjarlo. El vínculo que se establece entre padres e hijos es de suma importancia, ya que en este primer vínculo se desarrolla la autoestima, el niño aprende del hecho de sentirse digno de amor o no. Por lo mismo, cuando hablamos de qué debería hacer un padre para ayudar a su hijo a desarrollar buenos hábitos, lo primero que se me viene a la mente es amarlo en su totalidad. Ser comprensivo, empático, usar lenguaje conocido para que entienda, estar consciente de sus habilidades y limitaciones, ser paciente ante las frustraciones que éste tenga.
—¿Qué se debe tomar en cuenta de la psicología de un adolescente?
—La adolescencia es un periodo de altos y bajos, mucha confusión, actitud temeraria y emociones inestables. Es una búsqueda de identidad, por lo que es necesario que un padre o madre esté presente ante las curiosidades que comienza a experimentar y ser capaz de informar sin juzgar.
Es posible que su hijo no esté a gusto con los modelos que recibe en el colegio o bien encuentre que su profesor sea aburrido, por tanto, también la materia. Entonces, los padres deben despertar el interés, darles otra perspectiva a lo que van aprendiendo, aunque haya negativa por parte de los adolescentes. Es importante abrirles camino a pensar en cómo sacarle provecho a la vida y visualizar todo como una oportunidad para crecer tanto a nivel cognitivo, social y espiritual.
—¿Qué técnicas hay para mejorar el rendimiento académico de un adolescente?
—Lo más importante es entender que el hábito de estudio se establece a modo de repeticiones, mismo lugar (mesa despejada, silla cómoda, luz indirecta y material necesario a mano), misma hora (después de comer o descansar) y de la misma manera (organizando el trabajo, materiales ordenados, distribuyendo las tareas por hacer). El estudio debe realizarse en un ambiente propicio, que no sea en la cocina o un ambiente muy concurrido, en lo posible sin distractores como televisores, teléfonos celulares y música fuerte, por ejemplo, llegar de la escuela y realizar sus deberes antes de jugar o cualquier actividad que quisiera realizar.
Lo más importante de los hábitos de estudio, si no los tiene, es ir aumentando los minutos, hasta como máximo 50 minutos de corrido.
TÉCNICAS DE ESTUDIO
Se refiere a las estrategias que se usan a la hora de estudiar. Cómo leemos, el subrayado, el esquema, las estrategias de memorización. La norma fundamental es que las técnicas “activas” son las que mejor asientan los aprendizajes: “lo que se hace se aprende mejor que lo que se oye y lo que se ve, mejor que lo que se escucha”.
Existe un método llamado ELSER3 que puede ayudar para enseñar estas técnicas a nuestros hijos. Cada letra indica una fase del proceso de aprendizaje, consiste en:
Exploración. Es importante hacer una primera lectura rápida del texto para captar la estructura y las ideas fundamentales.
Lectura. La siguiente fase es una lectura en profundidad, comprensiva. En ella han de comprender cada una de las palabras e ideas del texto.
Subrayar. Resaltaremos aquellas palabras fundamentales, no es recomendable que sean frases completas, el subrayado pierde así su valor visual.
Esquematizar. Aquí comienza la elaboración del material que hay que aprender. Tiene que ser escueto y permitir, en un golpe de vista captar la estructura del material y las ideas relevantes del mismo.
Resumir. Con sus propias palabras, el niño tiene que expresar lo que ha leído. No consiste en copiar, hay que evitar que sólo trascriban el contenido porque es una tarea mecánica que no les obliga a elaborar la información.
Retener. Se puede memorizar por repetición pero lo que realmente asienta la información en la memoria a largo plazo es, de nuevo, la elaboración. De ahí la importancia de proporcionarles trucos o “normas mnemotécnicas”. Con ellas aprenden a organizar la información de manera que facilite su retención en la memoria. Ejemplo: “LaCa De Mamá” para aprender los números romanos y su valor de menor (L) a mayor (M).
Repasar. Para evitar el olvido, es fundamental ir haciendo repasos de manera periódica, para lo cual, obviamente hay que tener una planificación del estudio. A los dos días del primer estudio, hay que hacer un repaso; pasados cuatro días, otro; a la semana, otro… y así hasta el momento del examen. Veremos que a cada repaso, recuerdan más detalles de lo estudiado y con mayor fluidez.
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