Fue una noche especial, donde los padres y familiares compartieron la alegría de ver a los jóvenes cumpliendo su primera etapa en su formación profesional.
Después del ingreso de cada bachiller con su padre o madre y el baile del vals, el centro del salón, decorado con gran elegancia, se convirtió en una pista de bailes donde los asistentes dieron rienda suelta a su alegría.
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