Qué tristeza saber, que no volverá a hacer reír en las clases de historia, contando sobre sus viajes por el mundo, y poniendo apodos a los estudiantes. Como despedir a una persona que gran parte de sus alumnos creía era eterno.
El profesor Melvin Ibáñez Millares, falleció este miércoles por la noche, debido a un problema gastrointestinal que arrastraba hace casi un año, aunque, nunca se quejó de su enfermedad.
Sus restos fueron velados en primera instancia en la Funeraria Valdéz en el barrio San Roque, posteriormente, este jueves por la tarde, fueron trasladados al salón César Mentasti del Comité Cívico, donde permanecen, lugar al que asistieron miles de ex alumnos para despedirlo.
“A un profesor que nos enseñó historia de manera única, a un profesor que fue amigo, a un profesor que dio cariño, alegrías, risas le decimos que siempre vivirá en nuestros corazones”, decía la plaqueta dejada en el lugar por la Promoción 2000 del Colegio San Bernardo.
Como ésta, hubo cientos de plaquetas con dedicatorias de alumnos, profesores y estudiantes universitarios que en vida lo conocieron y admiraron.
Había padres e hijos que recordaban las anécdotas del profesor, pues enseñó a generaciones muy diferentes, por ende familias enteras hoy lo añoran.
Llegado desde Santa Elena, Chuquisaca en la década de los 70, Melvin empezó a formar sus primeras amistades en Tarija en el colegio Eustaquio Méndez, donde empezó a hacer reír a sus colegas como alumnos, de ahí formaría una familia y pasaría a ser uno de los personajes más queridos de esta ciudad.
Eustaquio Méndez, Belgrano mañana, Belgrano tarde, La Salle mañana, La Salle tarde, San Bernardo, Universidad Privada Domingo Savio, entre otras unidades educativas tuvieron la oportunidad de contar con los servicios de este profesional, dedicado al arte de enseñar.
[Profesor, Melvin Ibáñez.] Nunca pensó en la idea de jubilarse, como hicieron la mayoría de sus colegas que iniciaron la carrera con él, trabajando en la enseñanza hasta sus últimos días.
Su cuenta de Facebook, una de las pocas actualizaciones tecnológicas que accedió a tener, estuvo plagada de fotografías, anécdotas y pésames para sus familiares.
Melvin nunca usó teléfono celular y se rehusó también a comprar vehículo, aunque tuviese los recursos para hacerlo.
Sus ahorros prefería usarlos en viajar, conocer y disfrutar de la vida.
El pesar en cientos de cadenas y páginas tarijeñas en las redes fueron copadas con su nombre y fotografías, de igual manera ocurrió en gran parte de los medios de comunicación social.
Hoy sus restos serán velados desde las 8:00 en el Colegio San Bernardo de Tarija en la zona central.
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