Este centro y otros ocho que brindan educación especial y talleres se beneficiaron con esta dotación en un acto con cantos, música y alegría. "600 mil bolivianos se han entregado en equipamiento hoy, y en el caso de toda Bolivia son 3,5 millones este año. En tres años hemos entregado paulatinamente un valor de 25 millones”, detalló el viceministro de educación alternativa y especial, Noel Aguirre.
Se otorgaron audiocentros tiflotécnicos que son útiles para las personas no videntes. Además, un impresor braille y 10.000 hojas de papel especial para imprimir esta escritura que es fundamental para trabajar con gente que tiene esa capacidad especial, otro papel dañaría las huellas digitales de los lectores.
Se entregaron también equipos de comunicación audiovisual que "los niños con discapacidad múltiple e intelectual los usan porque aprenden mejor viendo, con actividades lúdicas y con música”, explicó el profesor Ángel Pérez, director del Centro de Educación especial Mururata que atiende a 150 personas entre dos y 30 años.
Los nueve centros beneficiados aglutinan a 500 estudiantes. Los ayudan a integrarse a la sociedad y a desarrollar sus capacidades. "Yo tengo mi hija de 29 años, pero parece una niña porque tiene retraso . Ella es mi compañera y desde los nueve años que va al Centro de Rehabilitación física y Educación Especial (Cerefe). Ahí, aprendió a hablar y a ser más independiente, pero no conoce las calles. Ahora está aprendiendo a hacer bijouteria y eso me alegra, con eso va a poder tener su dinerito y mantenerse si yo ya no estoy”, relató Bertha Humérez.
"En lo humano es una enorme satisfacción saber que se ayuda. Lo que hacemos es cumplir lo que dice la ley Avelino Siñani- Lizardo Pérez, que es garantizar el derecho a la educación de todos y eso no se cumple si no hay condiciones materiales mínimas”, explicó Aguirre.
Aademás, se entregaron libros, material educativo y mobiliario especial para estudiantes con autismo; y equipos para talleres de costura y panadería que permiten que estas personas aprendan un oficio.
"Es muy satisfactorio trabajar con estos jóvenes y adultos, son buenos y aprenden rápido”, contó el profesor de carpintería, Osvaldo Flores de Abopane que atiende personas con retardo mental. El enseña a 26 alumnos, de entre 16 y 50 años.
Roxana Barrón, de 48 años, es alumna del taller de carpintería del profesor Flores. "Estoy aprendiendo a hacer tractores. Ya sé trabajar en goma eva y en panadería. Yo puedo hacer de todo. Vendo mis productos y también api; soy huérfana y no tengo a nadie, pero ahora trabajo y puedo cuidarme”, contó.
La ayuda en cifras
Centros de educación especialBs 39.396.
Taller de panadería y repostería Bs 96.430.
Para estudiantes con autismo Bs 25.685.
Audiocentros Bs 214.101.
Centros Integrales Bs 67.814.
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