No es una situación sencilla, más al contrario es algo que se debe atravesar con mucho cuidado para no dañar la afectividad y personalidad del menor o adolescente; ésta es una tarea conjunta que requiere de apoyo de la familia y de un buen profesional.
Mauricio García Saavedra, actual presidente del Colegio de Psicólogos de Cochabamba, establece los lineamientos y acciones que la familia debe asumir para atravesar con éxito esta situación.
Así: ¿Cómo debe proceder con la familia en estos casos?
Mauricio García (MG): El profesional debe realizar una intervención con todo el núcleo familiar, en especial con el padre o la figura que represente la autoridad en el hogar, en algunos casos es la madre, el tío, el abuelo y otros.
En ese momento el niño o adolescente siente miedo de él, pues sabe que lo ha defraudado y eso ha traído consecuencias como ser gritos, castigos y en algunos casos golpes.
Así: ¿Qué deben trabajar con esta persona?
MG: Se debe hacer comprender que no es el fin del mundo, sin embargo, esta situación es una fuerte reprimenda a la familia.
En este momento el niño está frustrado porque el colegio era su única responsabilidad, obviamente hay casos en los que el estudiante deja olvidado todo aquello y hay otros en los que no y aun intentándolo no han logrado hacerlo.
No debemos olvidar que el niño es fruto o consecuencia de lo que son las relaciones familiares y este aplazo puede verse desde varios aspectos, empezando por los problemas del aprendizaje, -cognitivos y neuronales-, y el desenvolvimiento afectivo emocional.
Así: ¿A qué se refiere?
MG: En una casa llena de peleas, golpes e insultos las pérdidas de año pueden ser el factor común en los niños.
Aunque los adultos tienden a cargarles muchas culpas y todos deben asumir la responsabilidad.
Así: ¿Cómo se desencadena esta frustración en el menor?
MG: En primer lugar sufrimiento, en algunos casos se desarrolla un caso fuerte de timidez, ya que ha visto que sus compañeros han pasado de curso y él no.
Esto se observa en los cambios de conducta y de humor, aislamiento, está irritable y también hay que estar atentos a la nueva compañía y la droga.
Así: ¿La droga puede ser un refugio para ellos?
MG: Sí, hay que tener cuidado con la droga porque puede llenar un vacío existencial, de afectividad, de cariño y de comprensión, algo que el menor o el adolescente ya no cree encontrar en su familia. Ésta es una de las razones por lo cual empiezan con esta adicción.
Así: ¿Cómo debe actuar la familia?
MG: Sobre todo levantar o volver a estructurar los pilares familiares.
Hay que volver a enseñarles un patrón de comunicación y que el menor sepa que tiene una familia accesible. El padre o el jefe de familia es el encargado de hablar con el menor y dar su apoyo, fijar las nuevas leyes; por su parte, la mujer debe ser la que se muestre más afectiva, de esta manera debe volver a fluir la comunicación entre ellos.
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