"En caso de que un estudiante tenga una nota menor a 51 puntos (es decir que está ‘En Desarrollo’, ED), perderá el año”, ratificó el viceministro de Educación Regular, Juan José Quiroz.
Los cursos de reforzamiento que se instrumentaron con la anterior norma educativa y daban una segunda oportunidad a los alumnos, para evitar la pérdida del año, se eliminaron para primero de secundaria; en el resto de los cursos permanecerá con el anterior sistema. Además, en primero de primaria no habrá aplazos.
Explicó que ahora el reforzamiento en aula debe ser permanente y continuo, es decir, que al culminar un contenido el profesor debe reforzar la enseñanza.
Añadió que ahora el aplazo en secundaria debe ser "un último recurso”, cuando el estudiante no logre vencer los contenidos, ya que el apoyo permanente y continuo evita la reprobación.
El apoyo, de acuerdo con la autoridad, debe involucrar al profesor, al padre y al estudiante.
El presidente de la Junta Nacional de Padres de Familia, Franklin Gutiérrez, dijo que la eliminación de los cursos de reforzamiento "perjudicará de gran manera a los estudiantes, porque un alto porcentaje de ellos tiene bajo rendimiento”.
Cuando el Ministerio de Educación les informó sobre el tema, "no se aprobó esa evaluación y se la dejó en statu quo”, por lo que ahora anuncian que rechazarán esa forma de calificación.
De acuerdo con el ejecutivo de la Confederación Nacional de Maestros Urbanos, Wilfredo Arancibia, en la evaluación de primaria y de secundaria hay contradicciones, porque "en el primer caso se está promoviendo a que el profesor no aplace y en el segundo a que por una materia el estudiante pierda el año”.
Algunos docentes se verían obligados a aprobar a sus alumnos, para que no se aplacen sólo por una materia, aseguró.
En diciembre, se evaluará la aplicación del nuevo sistema y si surgen recomendaciones se pondrán en práctica en 2014.
Punto de Vista
Fernando Taboada Pedagogo
"Ahora la responsabilidad es de todos”
Este tema está obligando al maestro a aprobar a un estudiante más allá de que se esfuerce o no en sus tareas. Mi posición es que esta dinámica se debe cambiar sobre la marcha, porque estamos en un proceso de cambio de paradigma educativo y se debe trabajar bajo esa visión y fortalecer las dimensiones que plantea la ley educativa: el saber, ser, hacer y decidir.
Debe haber verdaderas normas que valoren estos temas y luego valorar los procesos, porque ahora los procesos no están claros y este tema de evaluación debería ir también.
Además, hay que ver cuál es el rol de los padres de familia en las unidades educativas, porque hay algunos que lograron un gran empoderamiento y a consecuencia de ello están seguros de que sus hijos pasarán de curso. La responsabilidad ahora es de todos: del maestro, del estudiante y del padre.
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