El lunes, padres de familia aislaron y paralizaron la zona Sur en demanda de aulas, mobiliario, computadoras, canchas y tinglados.
En el recorrido que hizo este medio se constató que espacios reducidos son empleados de aulas pese a la gran cantidad de alumnos, lo que genera incomodidad a profesores y alumnos, y podría incidir en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En la unidad educativa Lindemann (Obrajes), Hilarión Ibáñez, presidente de la Junta Escolar, dijo que el 2 de noviembre del 2010 el burgomaestre se comprometió a construir un bloque de seis aulas, pero a la fecha el anuncio no se concretó.
“Teníamos el tinglado, pero se lo llevaron al colegio Francisco de Miranda. Nos faltan vidrios, pupitres y computadoras”, indicó.
El director, Gustavo Vidal, explicó que allí estudian 850 alumnos en el turno de la mañana, 730 en el turno de la tarde y 500 en la noche. “Necesitamos el tinglado, es una necesidad imperiosa. Otra necesidad es la construcción de más aulas”, sostuvo.
Leonardo Chaquín, titular de la Junta Escolar de la unidad educativa Juan Herschel, y la directora Amparo Bazualdo coincidieron en señalar que una de las prioridades es la construcción del muro perimetral, toda vez que el enmallado de dos metros de altura es “inseguro”, más aún cuando acaban de dotarles de 20 computadoras que están siendo instaladas en una de las aulas.
Dicho establecimiento, que colinda con la Subalcaldía de la zona Sur, en la calle 12 de Obrajes, posee un solo patio que es usado para clases de educación física, horas cívicas y recreación. Ante la demanda de tinglados, la comuna propuso instalar, como prueba piloto, malla milimétrica, que considera menos riesgosa para los estudiantes.
“El sol es fuerte, no sé cuán viable será la malla, pero necesitamos un tinglado para precautelar la salud de los niños”, afirmó la directora.
Similar situación se repite en la escuela Julio Patiño (Irpavi), donde la directora, Teresa Maldonado, expresó su preocupación por la falta no sólo de un tinglado, sino de aulas, pupitres y computadoras. Este establecimiento alberga a 1.800 estudiantes.
“Buscamos otras alternativas para evitar que los niños se expongan al sol; este colegio tiene más de 60 años y ya debíamos tener un tinglado, tenemos espacio para ello”, afirmó.
A pesar de su reducida infraestructura, Sonia Téllez, directora de la escuela Santa Rosa, ubicada en La Florida, informó que en octubre del 2012 podrían estrenar un nuevo edificio de cuatro pisos y aulas con más de siete metros, que den mayor comodidad a los estudiantes y a los profesores, un proyecto anhelado por padres y estudiantes. “Priorizaremos la parte educativa, sería bueno un tinglado, pero eso veremos”, afirmó.
Revilla visitará los 43 colegios
El secretario ejecutivo de la Alcaldía, Luis Lugones, anunció ayer que el alcalde Luis Revilla prepara un cronograma de reuniones con las juntas escolares de las 43 unidades educativas del Macrodistrito Sur para conocer sus demandas.
“Él, personalmente, hará una visita uno por uno a los colegios de la zona para definir con directores y padres de familia cuáles son sus requerimientos”, dijo. Explicó que las visitas se harán en octubre. “Muchas de ellas (las demandas) no tienen fundamento”.
Según Lugones, las reuniones serán también para informar en qué etapa se encuentra la atención de las necesidades expuestas. Por ejemplo, en el caso de la entrega de computadoras, la comuna indicó el lunes que éstas serán licitadas en octubre.
Con respecto a los tinglados, Lugones indicó que en noviembre del 2010 la municipalidad ya conversó con directores de unidades educativas sobre la ventaja de instalar mallas que pueden ser retiradas a conveniencia y que además representan un menor riesgo ante la probabilidad de que se vinieran abajo.
Por otro lado, las juntas escolares del sur decidieron anoche, en ampliado, ingresar en cuarto intermedio hasta el 22 de septiembre. Según Rodrigo Quisbert, titular de las organizaciones, si hasta esa fecha no tienen respuesta a sus requerimientos, volverán a paralizar el sur.
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