Florencio Bonifacio es un maestro con 12 años de experiencia, oriundo de Oruro. El profesor Florencio tuvo que trasladarse del altiplano a los llanos tropicales del Chapare. Su primera escuela estaba ubicada en el Parque Isiboro Sécure, aislada por un río.
Normalmente debía caminar cargado de dos arrobas de equipaje, víveres y todo lo que necesite, para luego atravesar el río en una canoa”.
Como todos los profesores polivalentes, empezó en una escuela asociada, donde muchas veces los ambientes se encontraban completamente aislados. “La casa más próxima estaba a 3 Km a un principio era difícil acostumbrarse.
DE MÉDICO Ser profesor, en el área rural, es sólo uno de los roles que la comunidad le encarga a este noble personaje. “Una vez como a las 2:00 de la madrugada vino el esposo de una mujer que estaba punto de nacer su bebé. Le dije que no sabía nada, pero para él yo sabía más, y lo ayudé como pude”, cuenta asombrado de su experiencia.
El niño nació sin complicaciones y le dieron el honor de bautizarlo. Siguiendo las costumbres de la comunidad, untó agua y sal en la frente del recién nacido y lo bautizó con el nombre de Rubén.
El cariño y la confianza adquiridos en la vida cotidiana lo convirtió muchas veces en el consejero, en el solucionador de conflictos, llegando a asumir muchas veces la función de corregidor.
Las adversidades y alegrías siempre eran compartidas en un ambiente familiar. “El profesor llega a ser uno más de la comunidad”, afirma el profesor.
Cuando por alguna circunstancia no podía salir a la ciudad a aprovisionarse, los alumnos y la comunidad reaccionaban de inmediato. Huevos, verduras, y algo de arroz siempre llegaba de la mano de los niños.
“A veces me traían dos gallinitas, para que pueda criarlas y reproducirlas, y así tener un respaldo cuando me falte alimento”.
Pero no en todas las comunidades tenía la misma acogida. “Con la incorporación de las Juntas Escolares, la gente ha malentendido su verdadera función”, reprocha Florencio. Señala que el rol de los padres de familia que asumen el cargo de junta escolar, son los encargados de acompañar y coadyuvar en la formación de los niños, pero que muchas veces pasaban a ser “perseguidores y ...”
Las largas distancias de los destinos del maestro rural implica abandonar a la familia. Algunos tienen la oportunidad de viajar con su pareja y sus hijos, en el caso de que ambos sean maestros. El profesor Florencio no tuvo otra opción que seguir su carrera solo; tiene dos hijas que se quedan con su madre para seguir sus estudios superiores. Pero, su integración en la comunidad le permite formar otra familia mucho mayor. “A veces cuando llega la vacación los niños desaparecen y los extrañas ya también”.
La meta del profesor, como muchos, es acercarse al centro de la ciudad para estar junto a su familia. “Según las normas sólo después de cumplir 8 años de servicio se puede compulsar para ir a la zona urbana”, dijo.
Su ansia de superación, lo impulsó a seguir con la licenciatura en Educación Intercultural Bilingüe, y hoy es director de la unidad educativa Ucuchi, del núcleo Playa Ancha a 54 kilómetros del centro de la ciudad, entre Parotani y Capinota.
Día del maestro.
Historia
El Día del Maestro se celebra desde el 6 de junio del año 1924, por determinación del presidente Bautista Saavedra que emitió un decreto supremo para festejar la creación de la primera escuela de educación fundada en Sucre en 1909, creada en homenaje a los 100 años de la gesta libertaria de 1809 y al profesor Modesto Omiste Tinajeros. Omiste es considerado “Padre de la educación boliviana”. Dedicado a la educación popular. Su personalidad y talento lo llevaron a crear escuelas municipales. Fundó la primera Escuela Normal de Maestros de Sucre. Como presidente del municipio de Potosí, creó las escuelas: 1 de Abril para los niños y Juana Azurduy de Padilla para las niñas el año 1883.
Fuente: Educabolivia
Los profesores propician espacios de integración
La incorporación de los maestros en la vida cotidiana de las comunidades rurales, los motiva a generar espacios para la integración y fortalecimiento de relaciones sociales de la población.
El agasajo a las madres, el festejo de carnavales, el día del campesino y otros, son algunas de las celebraciones promovidos desde la escuela donde se expresan prácticas culturales y muchos otros conocimientos que los maestros no conocían.
Este año, en la unidad educativa Ucuchi, del municipio de Capinota, el festejo a las madres movió la inquietud de niños y jóvenes que prepararon un plato de comida para ellas.
Cada uno llegaba a la escuela agarrado de sus papas, tomates y cebollas prestos para preparar el alimento. Los comunarios donaron seis chivos, cada chivo en pago que dan las familias que pastorean a sus ovejas en las tierras comunales.
Luego de un sencillo acto cívico, el festejo se amplía a toda la comunidad: madres, padres, jóvenes y niños.
En los días de carnavales los estudiantes junto a sus maestros se incorporan a la celebración formando coloridas comparsas que hacen gala de la creatividad de los maestros, expresadas en picarescas coplas.
La participación en actividades agrícolas como la siembra y la cosecha permiten a los docentes revalorizar conocimientos y sabidurías de la espiritualidad y ritualidad para la producción y el cuidado del medio ambiente. Los maestros aprovechan cada encuentro con los comunarios para nutrirse de nuevos saberes que luego son replicados en el aula o en el próximo destino del maestro.
Migración de papás afecta a los niños
El “abandono” en todos los sentidos es la mayor dificultad con la que se atraviesan los maestros rurales en la tarea de educar y formar a niños y jóvenes. Abandono de los padres, de las autoridades y de la sociedad.
La migración de padres de familia es para los maestros uno de los factores con mayor impacto en la conducta y desenvolvimiento de los jóvenes. En la unidad educativa Ucuchi (Capinota) alrededor del 60 por ciento de los alumnos vive sin sus padres y está al cuidado de abuelos, parientes o vecinos.
“Los papás mandan dinero, pero a los jóvenes no les llega cariño y cuidado, y eso repercute en su formación”, dice el profesor Florencio Bonifacio.
Las necesidades básicas en infraestructura o material escolar son ignoradas por autoridades. “Muchas veces hay que peregrinar para conseguir algo”, señala a tiempo de explicar que la mayoría de las veces los padres cubren la necesidad con aportes.
Opiniones.
Martha Jiménez
24 años de experiencia
Lo más gratificante es cuando nos despedimos a fin de año, los niños te abrazan y no quieren que te vayas o se equivocan al decirte mamá. Lo más difícil es la distancia, son los bloqueos y paros que nos impiden llegar a la hora puntual.
María Josefina Totola L. 17 años de experiencia
Los papás en el área rural no apoyan mucho a sus hijos, hay descuido. Los niños son agradecidos con cada logro y no saben cómo expresarlo. Si alguna vez llego con mis zapatos empolvados vienen y me limpian con su manito.
Marlene Ontiveros F.
5 años de experiencia
Compartir con los niños y ver sus avances es lo más gratificante en nuestra vocación. Como profesores lo que esperamos es que no se olviden nunca de uno. En este trabajo debemos dejar la familia de lado e incluso nuestra salud.
Ariel Zapata G.
1 año y medio
En el trabajo diario uno pasa por momentos alegres y también tristes. Lo más importante es conocer a los alumnos a profundidad, los problemas que tiene y el esfuerzo que ellos hacen para estudiar.
Ariel Zapata G.
1 año y medio
En el trabajo diario uno pasa por momentos alegres y también tristes. Lo más importante es conocer a los alumnos a profundidad, los problemas que tiene y el esfuerzo que ellos hacen para estudiar.
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