Los uniformados debieron emplear gases lacrimógenos y gas pimienta para dispersar a un grupo de adolescentes que incurría en esos extremos en la plaza del Estudiante, y en otros puntos de la ciudad fueron frecuentes los incidentes entre las personas que celebraban la fiesta y los responsables del orden público.
Pese a que no se llevó a cabo el tradicional acontecimiento de cada domingo de Carnaval, alumnos de los mencionados establecimientos formaron grupos e invadieron el paseo de El Prado, donde al grito de “¡¡¡sandwichito, sandwichito!!!” arrinconaban contra paredes y automóviles a sus víctimas.
Los colegiales manoseaban a sus víctimas, las mojaban y rociaban con abundante espuma.
Los muchachos portaban consigo banderas de esas unidades educativas y entonaban los gritos de guerra característicos.
Algunos estudiantes se disfrazaron, preferentemente de mujeres, con vestidos y globos inflados con aire para asemejar el busto femenino y otros, de cholitas paceñas.
Otros, la minoría, no utilizaron atuendos especiales. Todos llevaban consigo globos de agua, aerosoles de espuma y chisguetes para mojar a las personas.
Como quiera que los festejos carnavaleros fueron postergados a causa del derrumbe que afecta a 140 hectáreas de La Paz, no se interrumpió el tráfico vehicular por la vía troncal paceña, como en otros años.
Sin embargo, los jóvenes se ubicaron en las aceras y tomaban las calzadas, por lo que los automóviles no podían circular con facilidad y se registraron algunos incidentes.
Efectivos policiales desplegados en el tradicional paseo paceño intervenían por momentos para dejar la vía expedita, aunque no efectuaron arrestos.
En algunos casos, se incautaron los llamados “chorizos” de los pepinos, que en lugar de contener mixtura, estaban rellenos de aserrín mojado, objetos de metal, alambres y pequeñas piedras para lastimar a sus víctimas.
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