El anterior 26 de noviembre, la pared de adobe de una de sus aulas se derrumbó en un área de casi seis metros cuadrados, hecho que generó intranquilidad y preocupación entre las autoridades, el plantel docente, los estudiantes y los padres de familia. Tras el análisis estructural, se determinó que gran parte de la infraestructura estaba en riesgo de caer, por lo que los alumnos culminaron sus clases en otros establecimientos.
A través de un comunicado, la junta escolar de la Unidad Educativa Venezuela, del turno de la mañana, informó que, debido a estos daños, realizaron gestiones ante las instancias correspondientes para buscar una solución, con el objetivo de “no perder la unidad y la identidad del establecimiento”.
El documento dice que, gracias a las acciones asumidas por la junta, en coordinación con la Alcaldía paceña, las clases están garantizadas para la siguiente gestión, aunque es posible que se dicten en otro lugar.
“Asimismo, nos declaramos en estado de emergencia sobre cualquier decisión unilateral que tome el gobierno municipal”, concluye la nota.
El informe técnico del estudio que se hizo al edificio establece que “para no exponer a los estudiantes a mayores riesgos, se determinó no reanudar clases ni ésta ni la siguiente gestión en esa infraestructura, de más de 100 años de antigüedad, y que fue sometida a un intenso uso de más de 1.000 alumnos por día; se concluye en términos de que no corresponde la refacción de la infraestructura de la nueva Unidad Educativa Venezuela con el fin de reanudar clases en la misma”.
Después de un proceso de evaluación, la Unidad de Patrimonio Material de la Alcaldía recomendó restaurar el edificio, ya que la remoción de algún elemento arquitectónico de tabiquería, carpintería metálica, de madera, balcones u ornamentaciones puede causar la pérdida irreversible del patrimonio.
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