Las chicas estaban elegantísimas, con sus vestidos largos, mientras que los muchachos lucieron guapos, con sus ternos oscuros y corbatas multicolores.
Los egresados de este colegio tenían sentimientos encontrados; por un lado estaban felices porque ya son bachilleres y también tristes, porque dejarán de compartir las aulas escolares del colegio que los vio crecer.
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