El 26 de noviembre, una pared de adobe de una de sus aulas colapsó en un área aproximada de seis metros cuadrados, hecho que generó intranquilidad y preocupación entre las autoridades, el plantel docente, las estudiantes y los padres de familia.
La conclusión del informe técnico argumenta que “para no exponer a las estudiantes a mayores riesgos, existe la determinación de no reanudar clases ni ésta ni la siguiente gestión en esa infraestructura de más de 100 años de antigüedad y que fue sometida a un intenso uso de más de 1.000 alumnos por día. Se recomienda alquilar ambientes hasta construir otro edificio.
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