Uno de los colegios con más tradición en el departamento es el colegio San Luis que se está, literalmente cayendo a pedazos. La dirección de establecimiento tuvo que clausurar un aula porque el techo se esta cayendo y para la seguridad de los estudiantes la inhabilitaron aunque hace mucha falta.
El director de la unidad educativa, Helio Andia explicó que hace un año la alcaldía se comprometió a arreglar las goteras en los pasillos y en varias aulas.
Al recorrer la unidad se puede apreciar pasillos con remachotes en las paredes que se realizaron para impedir que el agua de la lluvia ingrese con más fuerza a la parte interior del colegio.
“Si bien se realizaron refacciones de remachado de las paredes, éstas ya se están cayendo poco a poco. Es increíble que una unidad educativa en pleno centro de la ciudad no reciba la ayuda que necesita con urgencia”, dijo Andia.
Las goteras no son el único problema por el cual atraviesa la unidad, el portón que está ubicado sobre la calle Juan Misael Saracho esta sujeto con alambres y dos sujetadores, expuesto a caerse en cualquier momento.
“Gracias a la ayuda de las porteras las cosas no se pierden en este lugar. La respuesta por parte de la Alcaldía fue que nos ayudarían con otro portón pero hasta la fecha no llegó la ayuda”, sostuvo el director.
Sabemos que la higiene tiene que ser primordial en todo centro educativo, sin embargo los 700 estudiantes del nivel secundario que asisten a dicha unidad usan sólo 12 baños que son insuficientes, es decir que cada baño es utilizado 58 veces por día.
Al salir del colegio se pueden observar ventanas con vidrios rotos, lo cual obviamente da muy mala impresión. Según Andía, este año serán aproximadamente 200 vidrios que se cambiarán en toda la unidad.
El director de la unidad educativa, Helio Andia explicó que hace un año la alcaldía se comprometió a arreglar las goteras en los pasillos y en varias aulas.
Al recorrer la unidad se puede apreciar pasillos con remachotes en las paredes que se realizaron para impedir que el agua de la lluvia ingrese con más fuerza a la parte interior del colegio.
“Si bien se realizaron refacciones de remachado de las paredes, éstas ya se están cayendo poco a poco. Es increíble que una unidad educativa en pleno centro de la ciudad no reciba la ayuda que necesita con urgencia”, dijo Andia.
Las goteras no son el único problema por el cual atraviesa la unidad, el portón que está ubicado sobre la calle Juan Misael Saracho esta sujeto con alambres y dos sujetadores, expuesto a caerse en cualquier momento.
“Gracias a la ayuda de las porteras las cosas no se pierden en este lugar. La respuesta por parte de la Alcaldía fue que nos ayudarían con otro portón pero hasta la fecha no llegó la ayuda”, sostuvo el director.
Sabemos que la higiene tiene que ser primordial en todo centro educativo, sin embargo los 700 estudiantes del nivel secundario que asisten a dicha unidad usan sólo 12 baños que son insuficientes, es decir que cada baño es utilizado 58 veces por día.
Al salir del colegio se pueden observar ventanas con vidrios rotos, lo cual obviamente da muy mala impresión. Según Andía, este año serán aproximadamente 200 vidrios que se cambiarán en toda la unidad.
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