Más de tres mil familias indígenas de los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí, se beneficiaron con la entrega de un fondo común de 150 mil dólares destinados a impulsar la cadena productiva de la industrialización de la fibra de vicuña.
El Programa beneficiará a 12 comunidades (Ulla Ulla, Altamachi, Morochata, Mauri, Desaguadero, Patacamaya, La Malla, Maujrio, Sabaya, Desaguadero, Poopó, Uyuni, Lipez, Chichas, Tupiza y Sama) y se divide en nueve unidades “manejadoras de vicuña”, informó presidente del Comité de Comercialización de la Fibra de Vicuña, Alfonso Casilla.
Explicó que la iniciativa es coordinada con el Programa Nacional para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible de la Vicuña, instancia que lleva el registro nacional de la información de la vicuña, la fiscalización, capacitación y apoyo en gestiones de comercialización.
“Esos recursos económicos se constituyen en un importante aliciente para diversificar el proceso de producción de la fibra, pero también para la generación de fuentes de empleo que mejorarán las condiciones de vida de las familias beneficiadas”, dijo.
Según datos del Programa Nacional para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible de la Vicuña, como resultado del empoderamiento del Programa Nacional de la Vicuña por parte de las comunidades locales, se ha evidenciado que la población de vicuñas fue duplicada en el año 2008, con 67.278 vicuñas en relación al censo anterior en 1996 que reportó 33.895 animales.
En 1965, en nuestro país, la vicuña fue considerada una especie amenazada de extinción, posteriormente, en 1969 se suscribió el Convenio para la Conservación del Vicuña entre Perú y Bolivia, al cual luego se integraron Argentina, Chile y Ecuador.
En el 2007 se incluyó a toda la población de vicuñas de la región del Altiplano al Apéndice II de la Convención sobre el Convenio Internacional de Especie Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre lo que permitió iniciar su comercialización a nivel internacional. El aprovechamiento de esta preciada especie está legalmente sustentado para captura y esquila por tiempo indefinido mediante decretos supremos.
El Programa beneficiará a 12 comunidades (Ulla Ulla, Altamachi, Morochata, Mauri, Desaguadero, Patacamaya, La Malla, Maujrio, Sabaya, Desaguadero, Poopó, Uyuni, Lipez, Chichas, Tupiza y Sama) y se divide en nueve unidades “manejadoras de vicuña”, informó presidente del Comité de Comercialización de la Fibra de Vicuña, Alfonso Casilla.
Explicó que la iniciativa es coordinada con el Programa Nacional para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible de la Vicuña, instancia que lleva el registro nacional de la información de la vicuña, la fiscalización, capacitación y apoyo en gestiones de comercialización.
“Esos recursos económicos se constituyen en un importante aliciente para diversificar el proceso de producción de la fibra, pero también para la generación de fuentes de empleo que mejorarán las condiciones de vida de las familias beneficiadas”, dijo.
Según datos del Programa Nacional para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible de la Vicuña, como resultado del empoderamiento del Programa Nacional de la Vicuña por parte de las comunidades locales, se ha evidenciado que la población de vicuñas fue duplicada en el año 2008, con 67.278 vicuñas en relación al censo anterior en 1996 que reportó 33.895 animales.
En 1965, en nuestro país, la vicuña fue considerada una especie amenazada de extinción, posteriormente, en 1969 se suscribió el Convenio para la Conservación del Vicuña entre Perú y Bolivia, al cual luego se integraron Argentina, Chile y Ecuador.
En el 2007 se incluyó a toda la población de vicuñas de la región del Altiplano al Apéndice II de la Convención sobre el Convenio Internacional de Especie Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre lo que permitió iniciar su comercialización a nivel internacional. El aprovechamiento de esta preciada especie está legalmente sustentado para captura y esquila por tiempo indefinido mediante decretos supremos.
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