8.5.14

Divisan al “bullying” como una secuela de la ausencia familiar

Para un niño de 6 años ir al colegio debería significar emoción y hasta aventura, pero para MM (iniciales de su nombre real) se ha vuelto una angustia. Cada día que llega del colegio San Bernardo llora. MM le contó a sus padres que un grupo de compañeros “lo molestan”, sin embargo, no quiere decir cómo, ni ha querido identificar a quienes lo acosan.

Para GMB ir al colegio de la Tercera Orden no era divertido, pues todos los días sufría los abusos de un compañero, F. Era golpeado hasta que vomitaba.

El padre del menor denunció esos hechos ante la profesora y Directora de la mencionada unidad educativa, pero poco hicieron para aliviar el castigo que sufría GMB. Preocupado por esa situación, el papá acudió a la madre del menor que cometía los abusos. Pensó que encontraría el compromiso de disciplinar a F, sin embargo, sólo encontró indiferencia.

Hoy GMB está más tranquilo, mejoró en sus calificaciones y tiene más entusiasmo de ir al colegio. No porque ya no lo golpeen, sino porque F fue cambiado de escuela.

Como estos, hay muchos casos del ahora denominado bullying. Quizás el más dramático sea el de Carlos Alfredo Camacho, un adolescente de 14 años que murió en un paseo escolar en Santa Cruz. A través de La Razón, Ana Victoria Camacho, madre de Carlos, relató que su hijo quedó parapléjico luego de ser lanzado a una piscina. Antes de morir, el menor le confesó a su madre que cuatro compañeros lo lanzaron.

El bullying, o acoso escolar, es la consecuencia de un problema. Así lo define Manuel Fariñas, quien ha realizado una investigación, junto a la Universidad Católica, sobre ese fenómeno. Similar opinión vertió la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia de Tarija.

Para el pedagogo, el principal problema es la ausencia de los padres en la educación de los niños y adolescentes, y a ello se suma el temor de los maestros y directores a ejercer disciplina en los colegios.

Fariñas está seguro que el acoso escolar puede eliminarse en poco tiempo. Sin embargo, recalcó que se necesita un trabajo conjunto entre profesores, directores de las unidades educativas y los padres de familia.

“En el profesorado están muy escarmentados, ha desaparecido la figura del tutor. En Tarija no hay ningún profesor que quiera ser tutor de un curso, porque no quiere lidiar con la malcriadez de los alumnos y padres prepotentes. Por eso prefiere dar su materia y nada más”.

Y en el caso de los padres de familia, el educador lamentó que los progenitores sólo acudan a las escuelas a recoger la libreta de notas. Asegura que hay ausentismo de la familia tarijeña en el proceso educativo de los niños y adolecentes, un hecho que calificó como un “cáncer”.

“El acoso escolar es una manifestación de un problema grave. No es el problema, el chico de hoy no es más agresivo, no es malo, ¿por qué aumentó entonces el bullying? Sencillamente porque no hay referentes, en el colegio el director no pinta nada, no es autoridad, el tutor no existe. Se han adueñado del colegio los grupos, las pandillas, y los padres ni lo saben”, dijo Fariñas a tiempo de recalcar que esa misma falta de control ha derivado a que crezcan otros problemas en los colegios, como el consumo de drogas y alcohol entre los alumnos.

“No hay ningún colegio que tenga una junta de padres que funcione bien, ni uno. Las normas de disciplina están, pero la profesora no las aplica porque está sola, porque sabe que vendrá el padre, la insultará y le advertirá que no se atreva a castigar a su hijo”, dijo el educador.

El representante de la Defensoría de Niñez y Adolescencia, Waldo Tarifa coincidió en algunos puntos mencionados por Fariñas. Considera que el acoso escolar es una consecuencia de la violencia familiar.

“Hemos encontrado que dentro del núcleo familiar, de los presuntos agresores, hay situaciones de violencia. Entonces el adolecente o niño traslada esa violencia a las unidades educativas. Es como una cadena de violencia”.

Tarifa espera que esa situación cambie con el trabajo de los psicopedagogos en los colegios, quienes deberán detectar la raíz del acoso escolar.

Bullying = acoso recurrente

El representante de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia considera que el tema bullying debe ser encarado de otra manera. Explicó que de un tiempo a esta parte “explotó un volcán” de denuncias tipificadas, por padres de familia y estudiantes, como bullying.

Sin embargo, recalcó que el bullying se da cuando el acoso es recurrente y constante. “Pero nos han llegado denuncias de hechos que se registraron un día, por una pelea de momento, porque un niño le quitó una empanada a su compañero o cosas así. Eso no quiere decir que no los atendamos, pero se les puede dar otro tratamiento, no como acoso escolar en sí”.

Según la Defensoría, de la “lluvia” de denuncias recibidas en lo que va del 2014, sólo 10 casos han sido identificados como bullying.



elAPUNTE

Diputado impulsará una ley que sancione el bullying

El presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Rodolfo Calle, aseguró a la Agencia ABI, el miércoles 7 de mayo, que impulsará la aprobación de una ley que sancione el bullying en unidades educativas, en alusión al incremento de casos de maltrato físico y psicológico contra estudiantes.

El legislador demandó la participación de los profesores, directores de unidades educativas y padres de familia para enriquecer con sugerencias y observaciones esa nueva norma.

A su juicio, una de las sanciones que se prevé en la norma es la expulsión de estudiantes que ejercen el bullying contra sus compañeros.

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