28.8.13

Precaria infraestructura de Colegio San Luis pone en riesgo óptimo aprendizaje

Paredes rajadas, pisos con baches, baños inservibles; resumen el estado en el que está el colegio más antiguo de la ciudad de Tarija, ubicado en pleno centro de la ciudad a sólo dos cuadras de la Plaza Principal.
El colegio San Luis tiene serios problemas de infraestructura, las paredes de sus aulas tienen rajaduras y manchas de agua a causa de las filtraciones en época de lluvia.
No cuenta con pizarras acrílicas, aún siguen con las viejas que sólo sirven para escribir sobre ellas con tiza.
Otra falta es la señalización de los ambientes, desde el momento de ingreso, los visitantes quedan desorientados, no hay las señales ni siquiera en los baños para distinguir los de varones y mujeres.
Los laboratorios de Física, Química, se convirtieron en aulas de primero y segundo de secundaria, el único que está en buenas condiciones es el de Biología, gracias al cuidado de la docente a cargo.
En el bloque industrial ubicado en otro ambiente sobre la calle Juan Misael Saracho los estudiantes se preparan en carpintería, electrónica automotriz, mecánica y metalurgia.
Para la directora de este establecimiento, Julia Judith Flores Guzmán, la idea es orientar al estudiante como asunto fundamental en la educación impartida en el San Luis, “el proyecto de vida”.
Desde primero de secundaria hasta último grado trabajan con el estudiante la visión, misión y metas de vida. Esa es, también, una de las apuestas de los líderes del siglo XXI. “Los preparamos para la vida de manera integral”, aunque reconoce el precario estado de la infraestructura que incide en el proceso de enseñanza- aprendizaje.
“De los 750 colegiales, alrededor de 15 llegan de áreas dispersas como ser Tomatitas y El Rancho, el resto de los distintos barrios de la ciudad”.
Una de las necesidades del colegio es la refacción de su estructura, por las serias falencias que fueron identificadas.
En este marco, la Alcaldía propuso la construcción para una nueva infraestructura, pero no donde se ubica actualmente, sino en el barrio Guadalquivir.
Sin embargo, exalumnos como Jorge Lema Morales y otras personalidades, se opusieron a la nueva construcción alegando que “por historia debe construirse en el mismo lugar”, además observaron el problema del traslado de los alumnos, debido a la lejanía de la zona elegida, más aún, si no existe el beneficio del transporte escolar.
Este fue el motivo para que “la Alcaldía nos corte cualquier ayuda, estamos moviéndonos en conseguir financiamiento para refaccionar”.
[Precario estado de los baños. ] Además existe incomodidad para pasar clases, debido a que el alumnado debe compartir aulas con estudiantes del Instituto de Comercio, Incos y de la Unidad Educativa María Laura turno diurno y nocturno debido a la construcción de las nuevas instalaciones de esta última.
Sin refacción, ni construcción
El debate sobre la construcción de las nuevas instalaciones del colegio San Luis sólo perjudicó a los alumnos que no consiguieron un nuevo colegio, ni la refacción de la actual infraestructura, pasando clases en condiciones casi infrahumanas, por el estado de las aulas y de los sanitarios.
Uno de los exalumnos del Colegio Nacional San Luis quien prefirió mantener en reserva su nombre, contó que las aulas, el inmobiliario y los baños siempre fueron “decadentes” y no contaban con un buen mantenimiento, lo que de cierta forma incidía en la motivación al momento de ir a pasar clases.

BREVE RESEÑA HISTÓRICA


La historia comienza en 1954, cuando el prefecto de ese entonces, General Celedonio Ávila, inauguró el “Colegio Oficial de Ciencias”, que meses después se convierte en Colegio Nacional San Luis de Gonzaga, siendo el primer establecimiento de enseñanza oficial de secundaria en el Sud de la República de Bolivia.
El edificio que ocupa el colegio ha sido construido en los terrenos de propiedad de la Compañía de Jesús. Ese local en tiempos de la colonia era parte de la Iglesia Catedral, regida por los padres Jesuitas.
En 1962, las actividades escolares se pasaban en el convento de los jesuitas, a partir de 1963 se ubica al lado de la Iglesia Catedral, en pleno centro de la ciudad.
Por este establecimiento pasaron reconocidos profesores y directores como alumnos que posteriormente formaron parte de la historia nacional.

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