3.7.12

Hablando de educación, educadores, educandos y ramas anexas

La Ley N° 1565 pretendió formar docentes con la “nueva” propuesta pedagógica del constructivismo, el bilingüismo, la interculturalidad, etc., sin embargo los flamantes profesores han cambiado la visión de trabajo, producto del nuevo sistema que ha traído un cuasi divorcio entre el profesional y los niños, en el área rural los educadores exigen y piden que haya energía eléctrica, agua potable, movilidad a la puerta, alimentación, comodidades como en la ciudad que en muchos casos son difíciles de ofrecer por muchas razones, quieren la escuela en su casa, se ha perdido de vista la formación de servicio para el que se especializaron. En resumen han sido formados con un pensamiento occidental que los ha divorciado de los niños, los planes y programas de las escuelas normales contienen más información de autores externos que el pensamiento de Tamayo, Pérez y el mismo Rouma.

La nueva ley incrementa el tiempo de estudios a cinco años ¿con qué motivo? ¿Quizá se piensa que con mayor cantidad de años de estudio se lograrán mejores maestros? ¿O justificar que el darles el grado académico de licenciado garantizará un educación de calidad?, ¡vaya uno a saber por qué motivos se incrementó el tiempo de estudios en las escuelas normales!, o quizá sólo gastar mayores cantidades de dinero para justificar lo injustificable.

DE EDUCANDOS

Hablar de los educandos es más complicado de lo que parece ¿por qué?, veamos; por obra y gracia de la ley anterior se ha dispuesto que no existen o no pueden aplazarse, la explicación es que todos los estudiantes deben saber algo, los “teólogos” en pedagogía que estructuraron semejante proposición no se acercaron a los lugares en donde la realidad supera a la fantasía académica, ¿podrán existir estudiantes que no saben nada? En opinión de los pedagogos si, en la realidad no; veamos por qué, en muchos casos, lugares y situaciones los padres no proveen del más mínimo material de aprendizaje, no compran lápices, ni cuadernos, ni que decir de los libros de apoyo o lectura necesarios para su formación, en el entendido que invertir en educación es una pérdida de tiempo y dinero, y si los niños asisten es porque los padres esperan cobrar el Bono Juancito Pinto a fin de año y gastarlo, muchas veces en comida porque siempre falta en la casa o en bebida que es la mayor parte; entonces, si el estudiante no tiene el material necesario ¿podrá ser promovido al curso inmediato superior? Juzgue el lector y contéstese así mismo, la pregunta que queda en el aire y que nadie se atreve a contestar es: ¿qué clase de potenciales ciudadanos estamos entregando al país con semejante argumento? ¿Será que podrán ocupar los cargos directivos, de producción o de servicios que tanto necesita el país? ¿No será que con este enunciado estamos más bien dando una “manito” al modelo económico y social que pretendemos combatir, es decir al neoliberalismo y capitalismo?

Deben también los estudiantes soportar un hacinamiento inhumano en las aulas donde son “amontonados” hasta cuarenta postulantes a ciudadanos sin considerar que tal cantidad está alejando a éstos de recibir una educación de calidad y con calidad, no sólo por el hacinamiento sino también por la incomodidad para realizar trabajos y desarrollar sus competencias. Entonces ¿cuál es el concepto de calidad educativa o de educación de calidad que tiene el ministerio de educación? Si se quiere copiar a autores extranjeros en materia educativa, entonces debe tomarse en cuenta que el número máximo de estudiantes para ofrecer un mejor servicio educativo es de veinticinco, sin embargo…… a este aseveración, estoy seguro que muchos saldrán a la palestra para justificar que la cantidad de estudiantes que se amontonan en las aulas se debe a que no hay presupuesto para construir otras aulas, en este caso no se trata de aulas sino de políticas educativas y que las alcaldías se dan modos de rehuir estas obligaciones y ajustar sus cinturones a lo dispuesto por la ley, sólo un 20% para educación, ¿y los niños y jóvenes postulantes a ciudadanos en qué quedan? La respuesta es simple: siguen postergados y sin una educación de calidad o una calidad educativa pertinente.

DE RAMAS ANEXAS

He aquí el otro talón de Aquiles del sistema educativo, las ramas anexas, los llamo así porque en esta tierra inocente y hermosa cualquier hijo de vecino cree que tiene toda la autoridad del mundo para opinar y dar directrices en pedagogía, psicología y hasta en metodologías de aula (hasta en fútbol ocurre lo mismo). Una de las reformas de la reforma de 1994 fue dar autoridad a la junta escolar, que en la mayoría de los casos no estaban juntas y se disputaban la autoridad de quien tiene más poder para cambiar o destituir docentes, con o sin razón, sin tomar ni considerar que estos, los docentes, mal que bien se han formado en materia educativa aunque se hayan hecho absorber por la inopia, la práctica del memorismo, o cualquier otro mal que se pueda encontrar en el trabajo de aula.

¿Un error premeditado o deseos sinceros de mejorar la participación social en el quehacer educativo? ¿Quizá una mala interpretación de los postulados de la ley?, aquí surge otra pregunta obligada ¿la nueva propuesta de educación, que no termina de nacer, podrá revertir e incluir la participación social en el quehacer educativo con relativo éxito?, no están mal las intenciones pero, las intenciones no bastan, un aspecto recurrente en la conformación de la junta escolar es que nadie tiene el tiempo suficiente para hacerse cargo de esta obligación, por lo que los que aceptan estos cargos se dedican única y exclusivamente a esta actividad aprendiendo cosas que en lugar de ayudar a la práctica educativa se constituyen en un tropiezo; en el área rural es todavía mucho más complicado ser miembro de la junta escolar, ya que se constituye en una imposición y las más de las veces, con ayuda, opinión y directriz de directores distritales se vuelven agentes policiales de las actividades escolares, y mejor aún otros ni se aparecen por la escuela debido a que tienen que arañarle a la tierra cansada el poco sustento que debe llevar para su familia.

Queda mucho por decir de la educación en nuestro país, pareciera que hemos avanzado cuando en realidad hemos retrocedido, pareciera que tenemos la última palabra en materia educativa cuando no hemos aprendido todavía a ser empáticos con nuestros estudiantes y menos aún a pensar que esta tierra inocente y hermosa merece mejor destino, mejores ciudadanos, mejores gobernantes y mejores profesores. ¿Dónde están los Elizardos Pérez y Avelinos Siñanis que necesita la patria? ¿Adónde han quedado los sueños de Rouma y Tamayo para construir un nuevo país y los desconocidos maestros que aún de su exiguo sueldo ha aportado para vestir o comprar cuadernos y lápices para sus alumnos? ¿Qué se han hecho los sueños de miles de jóvenes que han ingresado a las escuelas normales para ejercer el apostolado del magisterio, si en esos lugares se les han castrado los sueños y se les ha inseminado conocimientos artificiales de pedagogía y didáctica que nada tienen que ver con la naturaleza de las naciones aymaras, quechuas, tupi guaraníes, de cholos y mestizos que pueblan esta patria adolorida?

Para terminar sólo me queda pedir que Dios tenga misericordia y bendiga a Bolivia.

José Manuel Heredia San Martín es Licenciado en Administración Educativa. Técnico en Máquinas Herramientas. Profesor de Estado.

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